Por Jesús Millán Muñoz | No comprendo porqué y por qué no se hace publicidad en contra de algunos usos y actos y costumbres que son claramente dañinos a la salud, salud psicológica y biológica y moral.
Supongo que nadie estará de acuerdo con la ebriedad como práctica, y, todo el mundo sabe y conoce el coste que un número o tanto por ciento de la población acabe en ese hábito o costumbre, sea algunos días al mes, sea ya de una forma más fija. El coste económico a la sociedad, el coste sanitario, el coste familiar, el coste moral y el coste espiritual…
Igual que esta práctica o forma de actuar incorrecta, desde distintos puntos de vista, no sé, no sé cómo en otras semejantes, que no diré aquí, sino que usted concretice o materialice: …………………………………. Porqué y por qué no se hace publicidad e información en los medios de comunicación, desde las administraciones públicas para que la población, poca o mucha, adolescentes o adultos no caigan en esas realidades y actos y hábitos. Porque todos tienen un alto coste negativo a nivel económico, a nivel familiar, a nivel de salud física o biológica, salud psicológica, salud moral, salud espiritual.
Igual, o a semejanza, que llevamos varios lustros con una publicidad y propaganda para que las personas no fumen o fumen lo menos posible, o no fumen en lugares privados, etc. Me pregunto porqué y por qué otras prácticas humanas, que pueden afectar, a un tanto por ciento de la población, no se hacen campañas constantes para que las personas no caigan en esos actos y en esos hábitos negativos. Hemos puesto el ejemplo, de la ebriedad o borrachera o dipsomanía o alcoholismo –en un grado o en otro-. Porque una cosa es beber de forma discreta y moral y con salud una cantidad de vino o alcohol limitada, y, en determinadas condiciones y en determinas situaciones, y, otra, es caer en la ebriedad. Por ejemplo, cuántas personas fallecen en accidentes de tráfico por el problema del alcohol, cuántas personas tienen problemas en sus trabajos por el problema del alcohol… y así, podríamos continuar en otros aspectos de la realidad…
Pero existen otros campos de la realidad, que todos sabemos, que su mal uso, o hacerlo a una edad no correcta o adecuada, también arrastra graves problemas, de salud física-biológica, salud psicológica, salud moral-espiritual, tanto para el individuo, para las familias en las que una persona cae en ese error, para la sociedad, para gasto del Estado, etc. Además, que se pueden producir otros efectos colaterales, de actividades que rozan la no-legalidad. O…
Es para mí, un misterio y un enigma, a semejanza que existen campañas constantes, año tras año, para que la población conduzca mejor, existan menos accidentes de tráfico. Y, lo mismo que se hace con el uso del tabaco. Y, se hacen campañas constantes, se fijan leyes… Me pregunto, si no debería hacerse lo mismo con tal y cual práctica humana, afecte a un tanto por ciento de la población elevada o menos elevada…
Acaso, si existen entidades públicas y privadas, organizaciones dependientes de la Administración y de la iniciativa privada, muchas son de tipo de ONG´s, porqué no se hacen campañas para que la población no caiga en esos usos y actos. Especialmente para adolescentes y jóvenes que no caigan en esos actos, esas costumbres y esos hábitos… En fin, pongan ustedes cuales prácticas cree son éstas, qué actos y qué actos negativos que crean hábitos negativos, hábitos negativos con consecuencias negativas para la salud psicológica, biológica, moral-espiritual, etc.
Aquí, aquí dejamos y terminamos esta columna de opinión –hagamos esta columna pequeña en palabras-. Pero para mí, esto es un misterio y un enigma social y humano, individual y colectivo que la suficiente periodicidad y constante en el tiempo, diversas campañas cada año, etc. Salud física, salud biológica, salud psicológica, salud moral, salud espiritual… Paz y bien.
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