Cómo entenderán y comprenderán inserto en este capítulo a todo ser humano, mujer u hombre, culto e inculto, a todos, porque todos somos algo de poetas. Todos arrastramos algo de poesía, todos creamos poesía con nuestros gestos y acciones.
Unos, las expresan en papeles y saberes y en artes, otros, quizás, quizás jamás rellenan una línea. Pero la inmensa mayoría de seres humanos aman las flores o las montañas o la mar o el viento o los poemas o los teatros o las canciones o las iglesias o los palacios o los árboles o los soles…
Miles de seres humanos, hoy, dejarán de existir en nuestra sociedad, país, Estado. Todos han sido poetas, poetas y poetos y poetisas y poetisos de una manera o de otra. Todos han arrastrado sus vidas y sus existencias y sus dolores y sus penas y sus angustias y sus miradas y sus gestos y sus alegrías y sus lloros. A todos ellos canto y recuerdo. A todos ellos les hablo al alma y al corazón y a la carne.
A todos ellos y ellas les expreso que en algunos temas han acertado, y, que en otros, modestamente, les refiero que quizás se hayan equivocado. Pero no piensen que me siento superior a ellos, porque maneje el arco y la flecha de las palabras. No. Soy como usted, con mis lloros y mis pequeñas alegrías.
Con mis desalientos y mis silencios y mis desiertos y mis vergeles. Voy pasando el tiempo, se me va acercando ya el final, aunque no sé, ni cuándo, ni cuánto, ni cómo, ni en qué circunstancias…
En un artículo titulado: Lección de Antonio Machado, escrito-pensado-soñado por José Ramón Arana, en 1959, nos habla del gran poeta, de esa estirpe de pensadores y escritores que siempre han estado luchando contra la censura y autocensura y heterocensura en nuestra sociedad, y, nos narra siempre la larga historia, la pequeña historia –semejante también a otros lugares de Europa, en cada tiempo, porque al final, Europa, siempre va como varios ejes y ruedas caminando junta, un invento en un lugar se trasmite al otro, en unas pocas décadas, una norma o ley o medida sucede lo mismo, cambian los nombres, pero en Europa, es un enorme lago de vasos comunicantes…-.
Quizás, nosotros los hispánicos exageramos con la censura propia, y, no percibimos la censura de otras sociedades y Estados hace tres o dos o cinco siglos… quizás, nosotros sufrimos demasiada autocrítica, quizás seamos demasiados propensos a la propia disciplina del propio látigo, material y física y mental… ¡Porque no ataban perros con longaniza, en ningún lugar de Europa en siglos anteriores…! ¡Sin negar hechos y datos, quizás, estemos influidos demasiado por la leyenda negra y roja de y sobre España, por nosotros mismos…!
Recordamos y conmemoramos y rememoramos a los grandes poetas literarios de nuestra sociedad y país y lengua, pero nos olvidamos de tantos y tantas, que cada generación, aunque no sean excelentes, están media vida o toda la vida juntado conceptos e ideas y palabras y ritmos y acentos y metáforas y, apenas nadie se acuerda de ellos/as, ni en vida, ni en el tránsito. Debemos ser más generosos en recordar.
Pero también, a todos los que no han dejado palabras escritas, pero todo ser humano es un poeta, unos se conmueven con palabras, otros con sonidos, aquellos con formas visuales, el vecino con la matemática… Todos tenemos esa capacidad de sentimiento y emoción y percepción de algo más.
Todos queremos sentir que hay algo más, en nuestros ojos y en nuestras manos y en nuestra lengua y en nuestros dedos… Todos los humanos, hasta los gatos, de la misma especie, tienen pequeñas características diferentes en su personalidad. Más los humanos…
Nosotros los que soñamos, y, porque soñamos, soñamos distintos sueños y distintas visiones y distintos futuros, emprendemos distintas realidades.
Unos sueñan en tener muchos hijos, otros en escribir un libro de mil páginas, aquellos en crear una sinfonía que conmueva las piedras del orbe, quién sabe, aquel en cambiar el mundo desde las leyes, aquel otro, estar sosegado y en tranquilidad, cumpliendo los deberes y sintiendo el tiempo como va cambiando y evolucionando, otros sueñan con el Buen Dios, estar eternamente con el Buen Dios, aquel otro o aquella otra…
¡Tantos poetas se mueren tan pronto en nuestra sociedad, tantos poetas y poetos y poetisos y poetisas fallecen tan pronto, que no pueden tener tiempo suficiente, para recibir en la madurez el Nobel tan merecido y tan deseado por tantos…! (¡Ponga-cree-cristalice-materialice el Gobierno de España frente a la Academia Sueca de los Premios Nobel de Literatura, una librería o biblioteca o pequeño museo o pequeña fundación narrando las grandes dotes y talentos de las lenguas de España, de los poetas/os de España…!).
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