En tantas décadas he ido leyendo y reflexionando sobre decenas o docenas de docenas de descripciones del ser humano, en definitiva, de definiciones. Y, existen de todas: desde el ser racional, ser racional con alma, el ser que ríe, el ser que trabaja, el ser que fabrica, el ser que hace la guerra, etcétera y etcétera y etcétera. Pero una, que creo no he encontrado nunca, es definir a los humanos, los que llaman y los que son llamados.
Si admitimos esta variable de descripción de lo humano, nos encontraríamos con que tenemos un factor o vector o interrelación humana. Cuántas llamadas recibe usted, digamos de teléfono, por Internet, o de viva voz; segundo, quién le llama o qué personas; y, tercero, para qué le llaman.
Evidentemente, también podríamos interrelacionar con las preguntas, de usted no solo como receptor de llamadas sino como emisor de llamadas. Usted cuántas llamadas realiza, a quién y cómo y cuánto, y, para qué, qué mensaje envía… llamadas en sentido amplio que la tecnología permite: teléfono, Internet, de viva voz, etc. incluso la duración del tiempo, y, a qué distancia, qué temáticas. Y, así se podrían realizar una geografía espacial y temporal de las llamadas, con distintas variables de análisis dentro de ese sector de lo real…
Existía hace décadas, supongo que en pedagogía y psicología se seguirá utilizando y lo habrán perfeccionado, esos esquemas de relación e interrelación en una clase, indicando a cada persona, con quién o qué personas son sus amigos o amigas, o qué personas se reúne a hablar en el recreo, o, de toda la clase con quienes sale los fines de semana, etc. Y, así se hacían mapas de interrelación humana en las aulas. Y, así se percibía qué persona estaba más aislada y qué persona menos, qué persona incluso podría sufrir lo que ahora se denomina mobbing o no, quienes eran los líderes del grupo, etc.
Todo sujeto se podría describir que a lo largo de la vida está esperando una llamada, una llamada de un trabajo que desea y necesita, una llamada de un amor o afectiva que por fin encuentre una persona que sea la media naranja, una llamada de una vocación, una llamada que le indique que está embarazada y va a tener un hijo, una especie de llamada del Buen Dios, que sienta que existe Dios…
Pero por la misma razón, también los seres humanos no desean jamás que les llegue una llamada, durante la vida, reciben y recibimos llamadas que no deseamos, unas son urgentes y otras urgentes y esperables, otras no se desean o no se intuyen. En fin, que un hijo ha fallecido o ha tenido un accidente grave, debe ser una de las llamadas más trágicas de la existencia y del existir humano, una llamada que un hermano te indica por la radio o la televisión que el país ha entrado en un conflicto armado y están indicando que están llamando a filas, y, posiblemente los dos hijos de los dos hermanos tendrán que acercarse a las filas de los cuarteles, tampoco supongo que nadie desea escuchar esto…
En fin, nos definimos también por las llamadas, que la mujer te llame urgentemente y nerviosa porque les ha tocado un millón de euros en una de las ilimitadas loterías de nuestra sociedad y terruño, debe ser un acontecimiento alegre y esperanzador y con sonrisas, aunque después, no puedan decírselo a casi nadie…
Existirán personas que reciben llamadas y hacen llamadas, que los demás no podemos saber, entran en los misterios de la alta política o la alta economía o de cada sector de la actividad humana, porque en todos hay discreciones, secretismos y medio secretos, es diríamos la constitución de la vida… Dicen, que la historia necesita documentos para demostrar algo, pero en la historia casi todo se tapa, o al menos una parte del acontecimiento se tapa. Existen todavía preguntas sobre el atentado-asesinato de JFK, y, todavía van surgiendo nuevas realidades y explicaciones y perspectivas. Me pregunto, si las decenas de horas de grabación en audio, que la esposa realizó unos años después, se han hecho públicas, o siguen existiendo o se han perdido…
Pero también existen otro tipo de llamadas, dicen para cuestiones muy graves o muy especiales, es que alguien, no escribe o llama por teléfono o cualquier otro sistema tecnológico con otro sujeto B, sino que alguien envía un correo, que es una persona de carne y hueso, un enlace una información o documentos a otra persona. Tiene diversos nombres, desde las valijas diplomáticas llevadas por una persona, que es una variedad de esta realidad, o los enlaces negociadores en la vida política, pero también existe en el mundo económico, en el social, en el cultural, en los conflictos armados, etc.
No sirve un artículo periodístico o filosofía, que no cure alguna enfermedad, como los viejos maestros griegos decían. Examínese usted, qué llamadas está esperando. Dígame usted, qué llamadas está esperando, qué llamadas realiza, qué llamadas desearía realizar y no hace, y, qué llamadas desearía recibir y no recibe… Si se analiza un poco, se comprenderá usted un poco mejor. Y, eso es el fin, uno de ellos, de un artículo de opinión, que usted se defina o describa mejor a sí mismo. Jesús Millán Muñoz.
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