Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz | “Una nueva escritora: Díaz Mora”

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Jesús Millán Muñoz | “Una nueva escritora: Díaz Mora”

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María Díaz Mora ha pensado-sentido-escrito, y, al final publicado su libro, que yo sepa, su primer libro El cuarto vaso, editorial Brisa del Sur.

No conozco en persona a la escritora, pero es una alegría que alguien, que un nuevo ser-voz, un nuevo ser humano haya dedicado, muchos meses de su existencia, para sentir-percibir-concebir-pensar una serie de palabras-frases-ideas-conceptos-personajes-historias-narraciones, para intentar crear un microcosmos en un macrocosmos, para intentar, en definitiva, dar sentido, dar un poco de luz al universo humano.

Que alguien, que un ser humano, entre en este mundo de la cultura, de la literatura, una de las artes, es como una nueva vela-centella-luz se abre en el horizonte. Siempre recuerdo aquello que dicen sobre Edison. Una señora le preguntó para qué serviría la bombilla, y él, quizás, con no suficiente buen humor, ni paciencia, dicen que contestó: “para qué sirve un niño cuándo nace”.

La vida está hecha de olas, generaciones, que se van pasando el testigo unos a otros. En el terreno de la literatura, esta nueva escritora, es diríamos ha recogido, el testigo de otros que le han precedido delante de ella, de cientos de generaciones, desde al menos los mesopotámicos, antiguos egipcios, los hebreos, sin olvidar todas las civilizaciones orientales. Y, todos, intentan lo mismo, intentan entender y comprender el mundo, algo del mundo, para como en un mar inmenso, donde existe sociedad-cultura-naturaleza-metafísica, el ser humano pueda vivir y existir. Todo es búsqueda de verdad-bondad-bien-belleza-racionalidad-prudencia-eficiencia…

Necesitamos saber-conocer-entender, igual que necesitamos vestido y comida y aire, necesitamos entender algo mejor el mundo, para entendernos a nosotros mismos…

Uno, que lleva en el mundo ya casi veintitrés mil días. Uno, sabe de muchas diversas intenciones, interpretaciones, finalidades y realidades de la vida y de lo humano. Pero uno, uno, yo mismo, no sé todas. Diríamos que mi entidad, igual que la de todo ser humano, que respira y anda por estas calles y suelos y siente estos aires y recibe este sol es un buscador más. Se adentra en el misterio-enigma del mundo, de uno mismo y de los otros, de la Naturaleza y de la Cultura y de la Metafísica.

Explico todo esto, porque un nuevo ser humano, esta persona, esta mujer, se adentre en el mundo de la literatura, como productora-escritora-escribiente-pensante-pensadora-perceptora de multitud de estímulos e ideas y conceptos y hechos es loable y admirable. Pero que como todo ser humano lucharán dentro de sí misma, pero ahora además como interpretadora-escribiente…

Le deseo en su carrera vital y existencial, y de escritora, que tenga la máxima suerte. Pero yo, que sé algo de todo esto, algo más de fracasos que de éxitos, si me lo permite, aunque personalmente no la conozco, que sea prudente. Siempre cuándo algún nuevo escritor o pensador o autor plástico o semejante se me acerca y me pregunta, le doy, el siguiente consejo, ciertamente matizándolo según la situación o persona o edad, y si se me lo permite también se lo doy a la escritora Díaz Mora: “intenta vivir de un oficio o profesión, del tuyo, intenta vivir una vida normal, como la mayoría de todos los seres humanos, intenta tener un proyecto existencial, y después, o al mismo tiempo, intenta seguir tu vocación, en este caso la escritura”.

No caigas en el error, de dejar todo por la literatura y la escritura, se pierden muchas personas en ello. Así he conocido demasiados, caen en muchos errores personales y vivenciales. Ya, ya es suficiente peso, soportar el mundo cultural, el mundo de la creación cultural, diríamos desnudo. Un oficio o profesión o trabajo y una familia, y una vida normal, es la gran defensa y el escudo ante tantos vericuetos, que la vida te traerá. La vida cultural, es muy difícil, supongo que algo de ello ya habrás comprobado. Aunque ahora, estés bajo el pequeño paraíso de la alegría del primer libro publicado.

Existen decálogos diversos y consejos de viejos escritores a nuevos. En Internet hay varios, yo, personalmente también he escrito alguno. Por lo cual, aunque parezca, que no estoy hablando de tu libro, lo estoy haciendo, porque te estoy indicando ideas y enunciados, que te hagan reflexionar. Este mundo de la cultura es difícil. Créeme.

Google indica que se han escrito en la humanidad, o existen, cientos treinta millones de libros. Es decir, libros diferentes, el Quijote sería uno, y El Cuarto Vaso sería otro.

Me parece, que no habrías sido una escritora, supongo no te ofenderá porque te lo indique, si no hubieses tenido una gran lectora a tu lado, tu madre. Hoy, en estas semanas de tu pequeño éxito, también hay que recordarlo y, que no lo olvides nunca. Siempre se dice, si los padres son lectores, es más posible, que los hijos también lo sean…

No me gusta juzgar y menos sentenciar la obra de ninguna persona de la cultura, de la creación cultural, raramente lo he hecho. En todas las creaciones culturales, percibo fulgores y percibo sombras, percibo grandes claridades y grandes desiertos. Deseo lo mejor para ti, en la vida diaria y real, en la vida existencial y vivencial, y también en la vida de la creación cultural, en la forma de la literatura.

No soy un experto en la narrativa, pero la experiencia me ha enseñado que existe una enorme cantidad de diversidad de teorías estéticas, de teorías del arte, de las teorías sobre los géneros literarios, sobre la Poética, palabra que nos viene y deviene, del antiguo y viejo maestro, Aristóteles. Por lo cual, si alguien, te indica que tu novela es una genialidad, me permito decirte, y aconsejarte, no te lo creas demasiado, si alguien te dice, que nadie se atreverá, que tiene muchos errores, me permito indicarte, que no te lo creas demasiado.

Juzgar una obra de creación humana, a mi modo de ver, es imposible. Puedes indicar algunos elementos, algunos puntos de vista, según la estética en la que te muevas, puedes hablar de unos personajes o de otros, de unas tramas o de otras. Pero al final, dependerá mucho de la perspectiva desde la que juzga el crítico o el lector, y más aún, de su racionalidad e irracionalidad, de sus intereses, de sus compromisos…

De todos los que te han precedido antes, en el mundo de la cultura, debes aprender y aprehender. Pero te daría un modesto consejo, lee-piensa-siente-percibe-escucha-medita, las cien grandes obras de la literatura universal. En ello, puede que tardes, unos años… Pero después, percibirás el mundo de otro modo, con otra esencialidad y otra profundidad…

A los presuntos lectores de este modesto artículo, les aconsejaría, que leyesen esta obra, este nuevo libro. Que diesen esperanza y esperanzas a una nueva voz. Un niño nuevo ha nacido, como la bombilla de Edison, quién sabe, si tenemos delante un nuevo Shakespeare o un nuevo Cervantes o un nuevo Homero o… ¡Esto es esencial, para la cultura, humana, necesitamos interpretaciones que nos permitan, comprender y entender mejor el mundo, necesitamos preguntas, necesitamos verdades, necesitamos seguir existiendo…! ¡Necesitamos ciencia, pero también Arte y Artes para sobrevivir en el mundo…!

Terminaré, para no cansar más, con una frase del libro, que no será la más importante, pero creo que puede decirnos algo, en la página 90: “pero un uno por ciento de probabilidad ya es algo”.

Ciertamente esta frase, está en un contexto diferente, al significado que yo aquí quiero expresar, pero creo que aunque exista solo “un uno por ciento” de que esta nueva escritora llegue a ser un nuevo Dante o un nuevo Joyce o un nuevo Proust o un nuevo Kafka. Aunque, solo exista, ese uno por ciento o ese uno por mil, eso es mucho. Ni siquiera ella misma sabe, el valor de su producción cultural, nadie lo sabe, yo tampoco. Pero yo apuesto, por la esperanza. Y aunque esta escritora, no llegue a recibir el Premio Nobel, es una escribiente, que nos puede indicar ideas y sugerencias y preguntas, al final, no todos los médicos reciben el Premio Nobel, ni todos los empresarios son megaempresarios, ni todos los artistas son Miguel Ángel.

Te deseo todo lo bueno, que la vida te pueda dar y ofrecer. Paz y bien.

Por: Jesús Millán Muñoz.

 

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