Noticias Tenerife Jesus Millan Muñoz | “Nombres y recuerdos”

Jesus Millan Muñoz | “Nombres y recuerdos”

David Gistau en una columna nos habla de su abuela, del recuerdo de su abuela, del rito que seguían cuándo iban a visitar a su abuela.

En un artículo titulado: Mi nombre etcétera, publicado en El ABC del 02 de junio del 2013, en definitiva, nos habla de recuerdos y de palabras, de interpretaciones del mundo. Porque qué es una vida, sino interpretación teórica y material del mundo, del mundo humano. De todas las posibilidades de/l mundo.

Con el código QR se pueden realizar, quizás billones o trillones de posibilidades, a mí siempre me ha llamado la atención, que con siete notas, varias escalas, varios tiempos distintos a cada nota, se podrían crear billones de composiciones musicales distintas, pongamos billones de sinfonías, billones de cantatas, billones de canciones…

Pienso, que la vida humana es diferente, porque con los elementos de los que estamos hechos y fabricados, más las circunstancias, pequeños cambios surgen distintas vidas y biografías… Cada ser humano es distinto a otro ser humano, en la genética, no entremos en el caso de los gemelos homocigóticos. Con lo cual cada vida es una sinfonía diversa, de alegrías y penas… A eso, súmale las circunstancias y las opciones que se van tomando. Al final, puede salir un santo o un terrible asesino en serie…

Podrían clasificarse, de millones de formas a los humanos, pero una, es aquella de esos seres que han conocido a sus abuelas o no, que sus abuelas los han acunado en sus brazos o no, que las abuelas les han hecho carantoñas y besos, y de aquellos que no, aquellos seres que sus abuelas, o al menos, una, les ha hecho comidas o no.

Quizás, ahora, con todos los adelantos médicos y sociales, es más frecuente, que al menos, todo niño conozca a una abuela, se producen el caso, que incluso conocen a una bisabuela.

Pero en tiempos de después de la gran, segunda guerra mundial, después de algunos lustros de la incivil guerra civil de esta península ibérica, pues muchos se quedaron sin conocer a las dos abuelas, cuándo ellos o ellas habían nacido, ya, los huesos de ellas, llevaban lustros en la tierra durmiendo el sueño de estar/conocer al Buen Dios…

Las ciencias sociales tienen un campo de estudio enorme e ilimitado, casi infinito, porque al estudiar la naturaleza humana, con multitud de elementos y dimensiones, las combinaciones son infinitas casi.

No sé, si habrá estudios de personas, de niños y niñas, que se crían sin conocer a sus abuelas, incluso, existiendo sus abuelos, no saben, si alguna vez, se cruzaron sus caminos. Claro está, peor son las personas que se encuentran que tienen que ir a una residencia de niños y niñas pequeñas porque sus padres fallecen.

De ahí, que toda vida, arrastra desde, posiblemente, la edad epigenética, es un palabro o término raro, pero es simplemente, desde el vientre de la madre, desde que es feto. Existen seres humanos que arrastran diferencias con respecto a otros.

Después, se van añadiendo elementos y elementos y elementos. Y, encontramos un ser adulto con tres décadas o cuatro décadas, no solo laborando su pan, en oficios diversos, sino que por dentro, el arado del tiempo y los azares y causalidad han hecho un hombre o mujer diverso y diferente. Nos encontramos todo el enorme horizonte diverso de lo real y de la realidad… Cada uno, cosecha sus alegrías y sus tristezas…

Supongo, que no será lo mismo, el niño que conoce a su abuela, ya que hoy, nos toca hablar de abuelas, que vive en su mismo pueblo o ciudad, o aquel niño o niña que su abuela existe a cien o trescientos o mil kilómetros.

Quizás, la abuela en la distancia. Quizás, existen, realidades, que no se tocan en los escritos, que existiendo abuelos y nietos, por problemas familiares, graves, hay personas, que tienen que optar, por la distancia.

Para que realidades de injusticia y desequilibrio y de mal, porque todo tiene un componente de bien o mal, de mal profundo, no agraven situaciones, y se lleguen a realidades muy/mas radicalmente sufrientes.

Con el dolor más profundo y más grave, personas se tengan que alejar. Porque el bien tiene muchos colores, pero el mal y los males también… Cada uno arrastra una mochila de sufrimientos y penas y de alegrías y contentos…

El articulista es el practicante del género literario, ya que no es científico, que tiene el derecho/deber de hablar de pequeñas cosas o de grandes cosas. La sociedad ha convenido, a que unos arreglan grifos o enchufes o huesos o dirijan empresas.

Pero que otros seres humanos, con sus palabras, les permitimos que nos hablen cada mañana, en un blog o en un periódico del tema que deseemos o que queramos. Todos son válidos, porque todos son humanos.

Nosotros, somos humanos. Permitimos que alguien en cinco minutos y ochocientas palabras, nos expresen algo del corazón humano. Por tanto, de nuestro corazón. Eso es lo que he hecho hoy, mostrarle, algún aspecto de su corazón. ¡Paz y bien…!

http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero

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