Es cierto, que he tenido muchos maestros en el periodismo de opinión o personal o articulismo, he citado a docenas de ellos, y, multitud de veces. Pero no cabe duda, que entre todos ellos, uno de los que más destacan es Umbral, y de Umbral he aprendido mucho, especialmente, en las tesis doctorales y trabajos académicos que se han hecho sobre su obra periodística. No entro aquí, si todas sus ideas son acertadas o aceptables, si sus libros de otras temáticas estoy de acuerdo o no. Sino si he superado o al menos estoy a su altura en el articulismo o columnismo de opinión.
Sé, que hacerse esta pregunta es normal, pero escribirla en un texto, y, que éste sea un artículo periodístico con intención de publicarse, no es frecuente. No digo, con ello, que no le deba nada o casi nada a Umbral, que le debo mucho, pero mucho es mucho, pero también al resto de la veintena de grandes figuras, en este género que han existido en estos dos siglos y medios, y, entre el resto, otras docenas de figuras, de ayer, y de hoy, que están rellenando textos en este subgénero, mitad literatura, mitad poesía, mitad actualidad, y, mitad, mitad en mi caso filosofía y metafísica…
Jamás, en mi caso, me publicarán en un periódico nacional o de gran audiencia, jamás cinco o seis artículos a la semana, jamás ninguna editorial privada me publicará cien libros como a él, ni siquiera uno, o al menos hasta ahora, ni uno. Jamás llegaré a escribir entre veinte y veinticinco mil artículos, algunos dicen que más, ha redactado durante cincuenta y pico de años, el maestro Umbral. Jamás me otorgarán ni uno de los grandes premios que fue merecedor y que le otorgaron a él. Jamás, mis elogios en el articulismo de opinión de Umbral, tienen matices.
Es más, he escrito y así lo creo, puedo estar equivocado, que Umbral es el Quevedo de nuestro siglo, y, debería estar en todos los manuales de literatura de bachillerato entre otros autores –reitero la parte articulista…-. Eso no quiere decir, que yo esté de acuerdo, con todas o con una gran parte de sus mensajes e ideas y conceptos, sea en artículos y sea en libros –no he leído todos, ni siquiera una parte suficiente…-. Pero eso no es óbice, para darse cuenta, que Umbral, es uno de los veinte grandes articulistas de opinión que mi sociedad ha tenido a lo largo de estos tres siglos –reivindico y pido aquí, levanto una espada y una lanza, que se hagan trabajos de recuperación de los cientos y miles de artículos que debió de escribir en revistas que están olvidados, desde muy joven, con seudónimo o no… intentemos catalogar toda su producción, como se ha hecho con Plà-.
Pero sigue en pie la pregunta, me considero que he llegado a la altura, en el articulismo, de calidad, no de cantidad de artículos a Umbral. Sé que hay que decir, siempre hay que decir, por modestia y no caer en la soberbia, y, no te tomen como ignorante e idiota, que hay que decir, que no, que no has llegado a la altura de Umbral en el articulismo. Pero debo confesar, que estaré equivocado, profunda y esencialmente equivocado, pero creo que los artículos que escribo, unos mejores y otros peores, pero la nota general, es que están a la misma altura del articulismo de Umbral –y, dicho de Umbral, del resto de los grandes maestros-. Ya, decir esta afirmación, es echarse sobre sí mismos, todas las toneladas de legiones romanas con sus espadas en forma de plumas y tinta y teclas de ordenador. Es echarme yo solo y solito, al infierno del total ostracismo cultural…
Pero sinceramente esto es lo que pienso, creo que manejo todos o casi todos los sistemas retóricos y de la oratoria, clásicos y nuevos, que he ido aprendiendo durante décadas. Creo que he escrito sobre cientos de temas y cuestiones, basándome no solo en la literatura o en las artes o en la información aprendida y aprehendida en el periodismo, sino en distintos saberes, si no a nivel de especialista, si en algunos con suficientes conocimientos. Creo que combino y mezclo multitud y diversos lenguajes estéticos y lingüísticos, y, creo y estimo que en general, aunque el que ha escrito miles de páginas, ha debido cometer, y, he cometido miles de errores, pienso y opino y creo, que he abierto algunas puertas y puertecillas y puertecicas al mundo de la cultura, de la literatura, del periodismo y de la interpretación de la realidad o de trozos de realidad… en forma y con el género del articulismo…
Sé que jamás llegaré a escribir, veinte mil artículos como Umbral, ni siquiera a diez mil, porque la vida tiene sus exigencias y sus limitaciones. Pero creo, sí sinceramente creo, que aunque he dicho y he escrito y vuelvo a hacerlo, que Umbral si se juntasen los miles de artículos que ha redactado, y, se publicasen en forma de capítulos, sería una especie de En Busca del Tiempo Perdido de y en Madrid, de nuestra sociedad.
Creo que nadie puede decir un elogio tan grande como éste que he dicho y acabo de redactar… pero incluso admitiendo lo anterior, creo que he llegado a un nivel de calidad semejante a Umbral, en el articulismo, pero igual que acabo de expresar esto, también sé, que nunca me publicarán en un medio nacional tres o cuatro artículos a la semana, y, también sé que toda mi producción está condenada a la desaparición… Así es la vida. Puede que esté equivocado en todo o en parte, pero así es la vida y esto es lo que pienso, aunque ahora me dé, me dé vergüenza haberlo escrito, y, no sé si lo enviaré a publicar. Paz y bien.
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