Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz: “Escribimos para curar heridas o suavizarlas…”

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Jesús Millán Muñoz: “Escribimos para curar heridas o suavizarlas…”

Tienes esta mañana dos o tres temas posibles para un artículo, y, al final, te decides por describir el porqué y el por qué y el para qué de la escritura.

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Podría haber empezado con el tema que para alguien que tiene casa o piso u hogar, quizás sea mejor el invierno que el verano, para quién no lo tenga, pues será mejor el verano que el invierno. O, quizás, hablar sobre Superman, inspirándome en la cuestión, por un artículo que redactó David Gistau, o quizás, tratar el tema del fracaso familiar y la familia Panero –casa familiar que hace cuatro décadas y algo más, pasaba al lado, porque los servicios al Estado en forma de Servicio Militar me obligó de estar en aquella ciudad o pueblo con catedral, y, con una historia larga, a igual que sus murallas, nunca se me olvidará bajarme del tren de madrugada y caminar viendo éstas, por un lado, de camino al cuartel, con el frío de la noche para pronto el amanecer…-.

Pero he pensado o el inconsciente me ha pensado, que es mejor tratar la razón de la escritura –de cualquier saber o de cualquier arte-, creo que el fin de todo hablar o diálogo, incluso oral, es no solo expresar realidades y verdades y bienes y bondad y algo de belleza, sino en la medida de lo posible, intentar aliviar o curar algún mal humano. La realidad es enorme y compleja, y, la situación de los seres humanos aún más. Pronto la Inteligencia Artificial hará ejercicios y realidades de escritura. Un escritor y cualquier otro arte, tendrá que mirar de reojo a todo lo que se ha hecho a lo largo de siglos, a lo que se hace hoy, y, a lo que hace estos sistemas de inteligencia artificial. Es decir, tenemos la competencia del pasado y del presente y del futuro y los sistemas informáticos.

Quisiera sosegar otro corazón humano. Aunque plantee cuestiones raras y singulares, generales e individuales, tristes o alegres, trágicas o cómicas. Todos los seres humanos arrastramos recuerdos negativos, heridas del pasado que han estado dentro haciéndonos más sangre y más pus. Algunas se habrán curado, la mayoría se habrán taponado con una media cura. Las palabras como ayuda a aliviar el dolor. Quizás, el artículo periodístico –ya que este texto lo es, quizás todos, quizás todas las artes, quizás todos los saberes-, una de las finalidades es curar en algo alguna herida, curar un corazón humano, no totalmente, pero si en algo.

Las bellezas de las palabras y la retórica, tiene como finalidad, al menos una, no solo persuadir o convencer a alguien de algo, sino con la belleza que su corazón se alegre un poco, un poco más. La metáfora o el símbolo o la hipérbole le sirvan para sentirse unos segundos un poco aliviado de la carga de la vida. Porque la vida pesa mucho. Sea hoy o ayer… la vida siempre pesa demasiado…

No es solo para/por vanidad o soberbia o un sueldo o presuntamente te ofrezcan un estipendio económico, o por el Premio Nobel o por mil otras razones, quizás la finalidad de la escritura es intentar aliviar males humanos, aunque sea poco. El fin del panadero, o uno de ellos, no es solo ganar dinero, tener un trabajo, un lugar en el mundo y mil otras razones, sino saciar el hambre de una persona.

El fin del escritor –y, cualquier otro saber y arte-, es aliviar un poco el dolor humano, satisfacer un poco el hambre de verdad, bienes en todos los sentidos, bondad, paz, libertad, equidad, belleza, racionalidad, prudencia… Y, que todo ese conglomerado sirva para curar un corazón humano. Al menos un poco. El trozo de pan que degustas, te alivia del hambre durante este día, pero sabes que mañana tendrás que recolectar otra pequeña cosecha de trigo o mijo o arroz, y así hasta el último cierre de ojos. Pues la escritura sucede algo semejante. Sabes que hoy, podrá curarte y aliviarte un poco, pero mañana, tendrás que volver a beber de esta agua de palabras e ideas y sonidos y conceptos y símbolos y retóricas… hasta el último sonido que recibas en este planeta…

No le estoy haciendo a usted, perder su tiempo. Es lo último que deseo. Es o le estoy ofreciendo una perspectiva de la realidad de la escritura o del saber o de cualquier arte. Que usted se acerque a algunas de estas realidades culturales y humanas y sociales, con una nueva perspectiva. Este artículo periodístico, modesto y humilde, le está intentando mostrar, que su finalidad, es poliédrica y diversa, pero una de ellas, es que quizás, usted comprenda, que cuando se acerca a un texto literario o de otro tipo, debe tener como valor intrínseco no solo el bien y la verdad y la belleza, sino aliviar y curar una herida humana. Al menos, aliviarla, suavizarla, permitir que se soporte…

Los articulistas somos curadores de heridas, o tenemos la vocación de curar heridas. Otra cosa es que lo consigamos o no. Por tanto, estimado/a lector/a no me exija que eche más veneno o acero o vinagre o cuchillos a la realidad. No me exija esto, ni me castigue no leyéndome porque no hago este tipo de textos escritos. Porque mi finalidad, no es echar y lanzar espadas y saetas y misiles contra nadie, ni persona, ni colectivo, ni ideología, sino mi fin, como modesto escritor y modesto articulista de opinión es curar heridas, o, al menos intentarlo, o al menos suavizarlas. Paz y bien. Buen año nuevo y viejo.

http://twitter.com/jmmcaminero           © jmm caminero (02-19 enero 2025 cr).

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