Siendo un no especialista, ni experto en estas temáticas, creo que hay que distinguir dos fenómenos que pueden estar relacionados, pero que son distintos, tanto aplicado a la literatura, al arte, a la pintura, a la composición musical, a la creación matemática –Euler, por ejemplo, Picasso en la pintura y dibujo…-, etc.
Una dimensión, sería aquella personas, que tienen un orden y sistema organizado, por ejemplo, escribe una página cada día, o está un tiempo cada día trabajando en una realidad creativa o de investigación o de búsqueda, sea matemáticas o física o arte plástico o… Entonces en este caso, pongamos que una persona escriba una página al día, sea de la temática que sea, dedique una hora o cinco horas, en cincuenta años, puede haber redactado veinte mil páginas.
Si hace lo mismo, con dos páginas, pues sería el doble –ya está la diferencia entre las materias, Picasso pintó/dibujó/grabó decenas de miles de obras, de todos los géneros, al menos más de veinticinco mil, -los especialistas, no se ponen de acuerdo-. Euler, matemático, todavía se están publicando material inéditos de todas las ramas de las matemáticas, El Tostado redactó miles de folios, en su época, hace cuatro siglos, Mingote o Forges en las viñetas…-.
Y, otra realidad es aquella persona, que sin parar y sin detenerse o sin casi hacer otra cosa. Todo el tiempo libre lo dedica a escribir o pintar o hacer música, sin detenerse, contando y relatando en su lenguaje todo lo que le sucede. Es una práctica casi adictiva, compulsiva, sin suficiente racionalidad, sin someterse al criterio de los especialistas en su materia, casi para consumo propio…
En el primer caso o tipo, aunque en algunos casos se podría parecer a los del segundo. En la primera clasificación son personas que se dedican, un tiempo cada día, a la creación o a la búsqueda o a la investigación en una temática. En el segundo tipo o clase, que los especialistas y expertos, psicólogos y psiquiatras y médicos deben indicarnos, rozaría, claramente un síndrome o patología, en mayor o menor grado compleja y dañina para el individuo, sería un tipo de adicción –semejante, como aquellas personas que están siempre jugando a un determinado juego, o, ahora seducidos a todas horas por Internet, sea en forma de móvil, etc.-.
Cierto es, que alguien, podría indicar con razón, que entre el primer caso y el segundo, puede existir, una línea muy fina. Y, que habría que distinguir caminos y modos y maneras. Pero quizás, una pequeña diferencia, es que los del primer caso, quieren hacer un producto de conocimiento o estético que pueda tener un lugar en la cultura de su sociedad. Intentan someterse al criterio de especialistas y de expertos en la materia, quieren contribuir al acervo común de la cultura e interpretación del mundo, de forma ortodoxa, según los parámetros de cada saber…
Por ejemplo, existen columnistas, que se indica que han redactado unos veinte mil, a lo largo de toda su vida, o, incluso más, porque todos los días, han rellenado una hoja, una columna, un artículo, tendríamos Umbral, Campmany, Cunqueiro, Alfonso Sánchez, Ruano, Alcántara… serían personas que además redactaron docenas de libros, de distintas materias.
Intentan encontrar y buscar trozos de la realidad, preguntas, cuestiones, argumentos, y, después, en la medida que pueden los publican, los muestran a los demás, para que otros expertos o especialistas o entendidos en la materia señalen, su grado de veracidad, verdad, verosimilitud, en definitiva, realidad…
Y, otra cosa muy distinta es realizar una escritura o pintura compulsiva, casi para el alimento propio, sin intentar o apenas casi, publicarlo y editarlo, y que sea valorado por los demás, juzgado y analizado, y entre en los circuitos, no solo de la cultura, digamos popular, sino también, en la de los especialistas…
Se podría indicar que cada caso es un caso, cada caso es un mundo, siguiendo el lenguaje popular, pero no negando esto. No podemos olvidar, pienso esta clasificación. Porque entonces Euler, tendríamos que admitirlo en una categoría o en otra, Menéndez y Pelayo, sucedería lo mismo.
Debemos admitir, no podemos negar, que hay personas con una enorme capacidad perceptiva o sensitiva o de visión o de encuentro con la realidad interpretativa. Tienen una capacidad enorme de exégesis, heurística, hermenéutica de la realidad, desde su perspectiva o dimensión de un/su saber, sea científico o filosófico o literario o artístico o… No podemos negar, tampoco, que si existen decenas de potencias o facultades o variables humanas, a nivel conceptual o mental o intelectual, a semejanza, de que existen personas con gran memoria o gran inteligencia existan personas con una alta capacidad de creatividad o de búsqueda o de investigación.
Podríamos, indicar si un escritor que redacta muchos textos, intenta comprender la realidad, e, intenta mostrarla a los demás, y, si se pasa un día sin escribir no entra en crisis interna o personal, sería una categoría, muy diferente, de la persona que está redactando compulsivamente textos, sin desear ponerlos a la crítica de los demás, del mundo de los especialistas y expertos, que sufren una especie de adicción de la escritura, pintura, música, etc.
De todas formas, este texto es un modesto artículo de opinión, como en casi todo, consulte usted con especialistas sanitarios, titulados oficialmente. Paz y bien…
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