Llevo, quizás muchos meses, sin tocar el tema del humor, en general, y, del humor gráfico en particular, al menos en camiones de columnas periodísticas, pero hoy me he encontrado con un artículo de Augusto Assía, cuyo nombre real es/era Felipe Fernández Armesto (30 de abril de 1906 en A mezquita, Ourense, y falleció en el 2002 en Galicia) un artículo titulado: El humor inglés, del 23 del 03 de 1945, publicado en La Vanguardia, -aunque nuestro autor residía en Londres-, que es dónde este autor, escritor y periodista y articulista-cronista, nos desveló-nació esta crónica-columna-artículo periodístico.
Debo confesar, que no conocía ni el nombre, ni la existencia de esta persona-personajes-autor-periodista-cronista-columnista, aunque hasta dónde he leído me parece de un nivel alto de calidad y de profundidad, de contenido y de continente. Lo que me lleva a pensar, que ese intento, asistemático que voy realizando por el articulismo o columnismo o crónicas o comentarios periodísticas de opinión, porque a lo largo de estos tres siglos, todos esos nombres ha tenido además de otros, como “notas periodísticas”, “reportajes literarios”, etc. Incluso los famosos “sueltos” o también “los pies de fotografía”, se puede mucho acercar, diré una herejía, a microcolumnas de opinión, muy parecidas a ciertas microcolumnas de trescientas palabras que ahora, están proliferando mucho, tanto en el columnismo escrito o radiado o incluso televisado.
Creo que los departamentos de Lengua o Filología además de los de Ciencias de la Comunicación y Bellas Artes y Diseño y Fotografía tienen una enorme labor de investigación y de buscar en los tesoros de las hemerotecas, no solo a docenas o cientos de articulistas, viñetistas, fotógrafos, editorialistas, publicitas y periodista y literatos en periódicos que pueden estar dormidos.
Sino también empezar a recuperar esos “microtextos periodísticos”, que pueden ser de información de su actualidad, pero también literarios. Pienso que queda mucha labor por recuperar y poner a resurgir/desvelar, quizás, los Big Data y la IA nos podría ayudar mucho en los próximos años… y, así recuperar enormes cantidad de conocimientos o ideas o noticias o informaciones, en mayor o menor grado ciertas o no, verídicas o no, de cientos y miles de firmas o de anónimos, hasta que se encuentren las autorías, de miles de redactores, que no sé en este caso, cómo deberían quedar o como se conocerían sus textos concretos… -¿de ahí, creo que debería quedar, que no sé si sucede, cada redactor anónimo que firma y publica una crónica o noticia o reportaje, que no lleva firma, que de alguna manera quede su autoría, de alguna forma, para estudios posteriores, o no?-.
Al hablar del humor inglés, podríamos hablar también del humor alemán, del italiano, del francés, del español… pero me pregunto, si un día, sentiremos que existe un “humor europeo”, que sea la síntesis de todos ellos, o la mezcla de todos ellos, o que sea una taxonomía o clasificación o descripción, y, dentro estén todos estos tipos de humor. El humor escrito o dibujado en periódicos es también un tesoro a descubrir en los medios de comunicación. Creo que se hace mucha cultura y mucha interpretación cultural en todos los campos, y, en todos los campos se pierde.
Cuántas crónicas o comentarios o artículos o columnas o noticias de todos los tamaños estarán siendo expuestas en ingentes cantidades de blogs y webs y redes sociales que se irán perdiendo, es cierto que la BNE hace rastreos de recogida de todas esas informaciones y documentaciones temporalmente, y, también, un Archivo de Internet o Internet Archivo que tiene su sede en Norteamérica, lo hace a nivel mundial…
¿Pero cuánto se estará perdiendo… o, cuánto se recogerá, pero no se catalogará porque es ingente la cantidad de cultura, sea buena o menos buena, que se está creando, y que se difunde por los medios de comunicación o por Internet…?
Ocurre, un fenómeno equis, a nivel social o político en nuestra sociedad, en este humor hispánico que disponemos, y, enseguida, según indican, por las redes sociales, corren humor escrito, chistes escritos, los que antes se decían en las calles, ahora, se expresan por Internet, y, después se olvidan o quedan en algún lugar…
Reitero una vez más, que siendo la prensa –en su complejidad actual, de técnicas y de órganos y de medios- se busquen maneras de que tanta riqueza interpretativa cultural no se pierda. Siendo la prensa, el cuarto poder, eso han dicho clásicamente, en las democracias del mundo. Se deberían buscar, ahora ayudados por superordenadores, por Big Data, por Inteligencia Artificial, se debería buscar que esos pequeños tesoros culturales de letras, viñetas, fotografías, comentarios, editoriales, medios de comunicación no se pierdan y sean accesibles a todos, primero a investigadores/as, después a todo el público interesado.
Mientras tanto lea usted algo de este autor, Augusto Assía, especialmente un libro, que reúne, algunas de sus crónicas que redactó desde Londres en el periodo de la segunda guerra mundial, que han cristalizado en libros, recogiendo sus dos libros que publicó en su tiempo este autor, que me parece muy olvidado, y, que yo desconocía su existencia: Cuando yunque, yunque. Cuando martillo, martillo.
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