Jesús Millán Muñoz.- Somos seres y seres vivientes y seres vivientes racionales e irracionales, que tenemos ideas y conceptos y costumbres y hábitos y realizamos actos. Uno, de tantos, uno, que es esencial para nosotros, es degustar alimentos, es aportar energía a nuestras entidades individuales, para continuar, viviendo sobreviviendo.

Todo ser que respira desea continuar existiendo. Tomás de Aquino, nos diría, algo así, como desea seguir siendo, tiene ese impulso de seguir estando en este mundo. Podemos traducirlo de mil modos y mil maneras. Ocupar un lugar bajo el sol, es una manera semipoética y sencilla de indicarlo…

La Agencia EFE, me gusta más escribir, Efe, el día 07 de septiembre del 2022, expresa una noticia que indica que el gran cocinero y maestro de la cocina: “Ángel León propone volver “al instinto de comer con las manos”.

La cocina y la comida y la degustación es una realidad que está en todos los seres vivientes humanos. La necesidad de consumir energía, está en los microbios o seres unicelulares, hasta los seres pluricelulares, más grandes de este planeta, las ballenas y cachalotes.

Todos, desde las plantas hasta los pájaros que nadan en el aire de este planeta, desde los peces que vuelan por dentro de las aguas, por todos los que pisan este suelo y caminan sobre él, sean una hormiga o una bacteria o un gacela o un simio o un primate o un ser humano necesitan alimentos/energía.

Todos necesitan energía y energías para vivir y sobrevivir, para estar un tiempo y ocupar un espacio. Después, hasta donde sabemos, todos, vamos terminando nuestro ciclo, y, otros nacidos más tarde, nos van reemplazando.

Dicen que un individuo de una especie concreta, que está formado por miles de árboles o arbustos que está en Norteamérica, es un ser individual, que existe desde hace varios miles de años… Pero las montañas se modifican y cambian y, los seres vivientes también…

Los seres humanos al ejercicio/actividad/realidad de degustar/comer de tomar/retomar energía, energía en forma de alimentos, va introduciendo cambios. Desde la recogida y consumo crudo, de verduras y carne, de hace cientos de miles de años, hemos ido pasando por procesos de asado y de cocción.

Hay prehistoriadores que indican y antropólogos, que el consumir carne y consumir tuétano y cocinarlos, posteriormente, ha sido un elemento, que nos ha permitido crecer el cerebro. Y, hasta donde sabemos y conocemos el cerebro/encéfalo/sistema nervioso central y periférico, es la realidad esencial de nosotros mismos (no entramos aquí, en el concepto de alma-espíritu inmortal, exista o no exista…).

Después, en el tiempo, se van ampliando los alimentos o substancias alimentarías energéticas, después, se van amplificando las formas de prepararlos y presentarlos y mostrarlos. Después se van combinando alimentos simples y formando realidades más complejas.

Todo eso es la historia de los guisos, cocina, comida. Hasta las elucubraciones mentales y materiales que es hoy la cocina actual. Como en las otras artes, porque ya la gastronomía es un arte, dividida en dos categorías, la tradicional y la de autor/a, se ha ido conformando como un nuevo arte, comparable, según algunos a la pintura, arquitectura, poesía, novela, teatro…

No soy yo, quién se va a oponer a nuevos experimentos, en todos los campos, siempre dentro del espacio de la legalidad vigente y de la moralidad correctas. Por tanto, el ser humano tiene que continuar inventando y descubriendo realidades a y en todos los campos, también en la cocina…

No estoy en contra de la aceptación del concepto de cocina, la tradicional o de la invención, como una de las artes, una más de las bellas artes. Es más, estoy defendiendo este punto de vista, desde hace muchos años… ¡Pero sin que nadie se ofenda, pienso que fue un adelanto para la salud, individual y social, que las altas clases de la sociedad, empezasen a degustar alimentos, con cucharas, tenedores, cuchillos, platos, vasos individuales…! ¡Pienso que fue un adelanto y progreso en la sociedad y en la humanidad y en la salud y en la supervivencia…!

¡Pienso, que muchos de nosotros, somos seres vivientes, porque nuestros antecesores, en un momento, adoptaron la costumbre, no de comer todos de un gran plato, introduciendo la mano, o un cuchillo, o en un tenedor clavando un trozo de pan, como si fuese una cuchara de cereal, sino que fue un enorme progreso, cuando la sociedad, toda la sociedad, fue adquiriendo piezas para degustar, platos y tenedores individuales, se lavaron las manos, y cada uno degustaba comida y bebida de su vaso, de su ración en un cuenco redondo o alargado…!

¡También entiendo y comprendo que como publicidad y marketing, cosa tan necesaria hoy, en el siglo veintiuno, como experimento lúdico, y, con otros fines, para situar ciudades en el mapa, para invención de nueva cocina, para ocupar un lugar bajo el sol, pues alguien realice comidas o platos de gas alimentario o todos los experimentos, que se han realizado en estas décadas! ¡De todas formas, degustamos con las manos, bocadillos, pizzas, y, decenas de otros alimentos…!

¡Lo entiendo y comprendo, porque yo también lo he hecho en literatura, por ejemplo, cortar palabras en dos o tres líneas, y más cosas, pero yo también entiendo, que el lenguaje oral natural y escrito, para ser inteligible, el mayoritario, tiene que ser con frase enteras y racionales… y, lo otro, pues son experimentos, que son loables, pero de momento, no aplicables al lenguaje oral natural dialogado o escrito…! ¡Paz y bien…!

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