Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz: “Camba y Los hombres “sándwiches”

Jesús Millán Muñoz: “Camba y Los hombres “sándwiches”

¿Qué quiere ser uno, qué puede ser uno, qué debe ser uno, que ser lo que debe ser uno mismo…? 

Julio Camba publicó en La Tribuna, el 01 de marzo de 1913, ya hace ciento diez años, un artículo o columna, titulado: Los hombres “Sandwiches”. Muchos seres humanos, lo expresen o no, desean o desearían vivir o existir en otra sociedad, país, cultura. Tres conceptos diferentes y diversos.

No sé qué proporción, los sociólogos nos lo podrían indicar, cuántas personas o cuánta población de un país o una sociedad, no quiere vivir en su pueblo o ciudad, cuánta desearía vivir en otro barrio, cuánta en otra región, cuánta en otro país.

Muchos quieren irse a otro lugar, por mil razones, familiares, económicas, políticas, culturales. Quizás, por una combinación de varias. Los sociólogos y antropólogos nos podrían indicar porqué y por qué algunas regiones exportan más personas a otros lugares que otras, porqué y por qué otras importan más que exportan. No entraremos en la situación de unos y de otros…

Quizás, nunca haya comprendido y entendido el mundo, o, en esta asignatura de existir evaluaciones y notas, no pasaría del cuatro. Quizás, los autores, en cualquier rama, son precisamente eso, no entendedores del mundo, y, por eso se aventuran en viajes para descubrir realidades en la Naturaleza, Sociedad, Cultura, Metafísica…

A mí me gustaría vivir y existir en un país, que no haya tenido ninguna guerra interna, ni externa, en dos siglos, al menos. Que yo sepa, el único caso es Suiza. Pues, aunque no guste indicarlo, me da envidia los suizos por esa realidad, quizás, otras variables de su forma de ser y estar son más poliédricas y polémicas. Precisamente, anoche miré qué hay que hacer para hacerse suizo, y, entre otras, vivir diez años. Después vienen otras.

También, con eso de Internet, que te lleva de un lugar a otro, Estados Unidos, tiene una visa especial de nacionalidad para personas que hayan contribuido excepcionalmente a algún campo del saber –supongo que todos los Estados tendrán algo parecido, al final, aunque yo siempre seré manchego y castellano y de España…-.

Sería una paradoja que a un ser humano Estados Unidos le permitiera ser de su nacionalidad por haber contribuido especialmente a algún campo, y, esa persona, del lugar que venga, no le hagan caso por esa actividad…

Parece ser que Camba no le gustaba escribir, no sé, si le gustaba hacer algo, salvo viajar. Claro está, podría pasar o haber sufrido, por una grave tristeza o depresión, no diagnosticada, no curada.

Puede ser, que la información que el editor, al libro de y sobre gastronomía, que redactó Camba, el único libro como libro, -no le cito el nombre, esfuércese usted en buscarlo, si desea-, dicen, que le pagaba capítulo a capítulo, y, así consiguió que lo terminara… Aquello que decían de Cervantes que un embajador francés, le indicaron que no vivía bien, y, algo así contestó: “Bendita pobreza que obliga a un hombre a escribir esta obra maestra”.

Pues algo así, el maestro Camba redactaba textos cuándo su ama de llaves le indicaba que no tenía dinero para comprar, allí en la inmemorial Galicia. Y, redactaba uno, y, a los pocos días, le llegaba el cheque de ABC.

Yo, hasta ahora, no soy tan indolente, como se expresan del maestro genial del columnismo, Camba. Pero también reconozco que todos los columnistas posteriores y sus coetáneos aprendieron y aprehendieron ideas y concepciones estéticas de él.

Yo, apenas, porque no soy capaz de hacerme con unos cientos de columnas escritas por él –ya sé que podría pedir alguna de las varias antologías, por el monstruo de Internet, pero… pero uno es antiguo…-.

Y, también, uno envía en estos últimos años, cada año, un artículo al concurso de artículos de opinión y literario Julio Camba, que se organiza en tierras de la Gallaecia. Me digo a mi mismo, a ver si este año, al menos soy finalista. Dirán que es pedir mucho, dirán otros, que tampoco no es pedir tanto.

Al final, como Brancusi pensaba de Rodin, no se puede poner debajo de un árbol tan grande, porque no te deja crecer. Pues algo así, modestamente ando de una manera diferente a todos, sin quererlo, pues cada ser humano escribe de una forma diferente a todos, aunque no lo quiera, no hay que esforzarse en esa originalidad del andar.

Este año, que todavía no he enviado el artículo al concurso, espero que toque la campana. La verdad, es que selecciono sin seleccionar, lo dejo un poco al azar… ¿Quién sabe, si este texto que usted está leyendo será el que se envíe el año que viene? ¡Pero quién sabe, si seguirá existiendo este concurso, quién sabe si seguiré existiendo yo, como ser y ente individual en esta tierra…

Si nos fijamos bien, siempre estamos en un presente, que es una combinación de un pasado y de un posible futuro, que se teme o se anhela.

En definitiva, somos hombres sándwiches, aunque no sea por la publicidad, sino por realidades que están dentro de nosotros. Somos algo, entre un interior y un exterior. Somos tantas cosas, ese es nuestro misterio…

http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm  © jmm caminero

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