Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz | ¿Racionalidad e irracionalidad en la gestión cultural?

Jesús Millán Muñoz | ¿Racionalidad e irracionalidad en la gestión cultural?

La cuestión es si la comunidad cultural, en todos sus oficios y profesiones y saberes, deben plantearse, si hoy, en el siglo XXI merecen un debate nacional, local, regional la cuestión de la gestión cultural. Es decir, analizar, puntos positivos y negativos…

¿La racionalización de la cultura y de la industria cultural, es una de las asignaturas pendientes que parece existe en la sociedad actual? ¿Es necesario un debate planteando toda la problemática entorno a esta cuestión o cuestiones?

¿Es posible que una biblioteca pública de una localidad equis, a un individuo, después de solicitar varias veces, una exposición en el salón de exposiciones de pintura o, y, de presentar un libro, nunca se lo concedan, en un trecho de tiempo de ocho o nueve años…?

¿Qué pensaríamos, si en Urgencias de un Hospital, un ciudadano no se le atendiese si fuese a dicho servicio, qué pensaríamos si un ciudadano tiene los niveles suficientes de cultura y de trabajo cultural y de formación, y solicita una exposición de arte plástico en una sala de la biblioteca pública de su ciudad, y no se le concede, durante ocho o nueve años…?

¿Si al mismo tiempo, pretende presentar, un libro autoeditado en DVD, muy modesto, sin venta, pero que es, posiblemente, uno de los tres libros con más palabras, de un único autor y un único título, y, tampoco se le permite la presentación…?

¿Este caso y cientos de otros, que se pueden producir en el ámbito de la creación cultural, no estamos hablando de las grandes figuras, sino de personajes y autores y autoras, que posiblemente, sean de quinta categoría o de décima, pero que llevan uno o diez o treinta o cuarenta años en la producción cultural…?

La necesidad de que existan archivos o centros documentales o directorios, a nivel local o provincial o regional, de las distintas actividades culturales. Es decir, sean materiales o virtuales, “directorios de autores plásticos”, “directorios de escritores”, “directorios de todas y cada una de las ramas de la actividad cultural…”.

Primero, por justicia y equidad. Cada sociedad o región o provincia o localidad, tiene el derecho y el deber de saber, las personas, sus curriculum y algo de su producción cultural, de su zona, si es que esos autores y autoras así lo desean. Es una forma de proyección cultural de esa zona, por tanto, de posibilidad de identidad y autoidentidad social y comunitaria. Puede que existan en un pueblo treinta o cincuenta autores y escritores de todo ese siglo. Puede que sean de quinta categoría, puede que su producción cultural sea mediocre. Pero es un reflejo de esa localidad-comarca-provincia-región…

Por otro lado, quién sabe, la proyección que podrán tener en el futuro. Quizás, escritos o pinturas de hoy, que no son valoradas, si lo serían dentro de tres o cuatro generaciones. De todas formas, sería un reflejo o eco de lo que se hace a nivel mundial. Diríamos, la teorización de las muñecas rusas. El mismo estilo equis internacional en pintura o en literatura, las grandes figuras internacionales, después, existen los grandes nacionales, después los regionales, más allá, los locales o provinciales… Todos, de alguna manera tienen ese aire de familia, de estilos y tendencias y temáticas, de su momento…

Hoy, que tanto se valora el reciclaje de materiales usados, sea vidrio o plástico o papel. Es más, se dice que las grandes minas del presente-futuro será o es, el reciclaje de materiales. Hoy, no somos conscientes, de que cientos de miles de autores y autoras, en el mundo, de todas las especialidades y saberes y artes y literatura y música y filosofía y ciencia, etc., están modestamente realizando su labor, mejor o peor, más excelente o más mediocre, más notable o más deficiente… Pero muchas de esas personas, llevan años, lustros, décadas con esa producción cultural.

¿No merecerían por parte de las administraciones públicas y privadas, sin selección previa, si ellos o ellas lo desean, entrar en archivos-directorios-diccionarios-centros documentales, que por zonas geográficas, se inscribiesen un pequeño curriculum, algo de su producción cultural, sea en forma de texto fotográfico o imágenes, para que los presentes y los futuros, pueda servirles de algo, la producción cultural que realizan…?

¿Si algún autor o autora, ya cansado, de tanta arbitrariedad, como existe en la gestión cultural, se queja de alguna entidad, a la administración superior a ese ente, entonces, ya tenemos que esa persona es mala, ya merece que le cierren todas las puertas del futuro? ¿Cosa que se ha hecho…? ¿Pero la pregunta es, si usted va a Urgencias en un tiempo de ocho o diez años, va usted varias veces, y, ninguna la atienden, imagínese que esto se pudiese producir, usted tendría el deber y el derecho de quejarse a la instancia superior…? ¿Sin odios, ni inquinas, ni rencores, ni maledicencias, pero usted se quejaría en la instancia superior…?

La gestión cultural, tanto de la empresa pública y privada, a mi modo de ver, modesto modo de percibir la realidad, merecería un debate nacional, local, regional, provincial. Sin caer en los egos y soberbias y vanidades, de todos los oficios y personas que entran en este mundo. La cuestión es siempre la misma cuestión moral y ética, “estaríamos nosotros dispuestos a soportar, lo que nosotros hacemos a otros”. ¿Hay personas que han cerrado carreras culturales a otras personas, les han cerrado exposiciones en entidades públicas, selecciones en directorios o diccionarios, presentaciones de libros, etc.? ¿En definitiva, aunque no lo creamos, pueden existir personas, que lleven treinta o cuarenta o veinte años en la actividad de la investigación y creación cultural, y no existan, aunque sean sus producciones culturales modestas o mediocres, ni para el mundo académico, ni universitario, ni cultural, ni siquiera la sociedad saben si existen…?

Cada uno, dice el refrán popular, “duerme con su conyugue y con su conciencia”. La cuestión es saber, si todos tenemos conyugue y una conciencia bien formada. Porque el problema, es que usted, le cierre las puertas a alguien a nivel cultural, porque no le gusta su rostro, o por cualquier otra realidad, el problema está es que esa persona y su actividad cultural, puede tener muchos errores conceptuales y estéticos, pero quién sabe, si tiene alguna idea o sugerencia, que puede salvar vidas, por ejemplo, en accidentes de tráfico. Y, al usted y aquel otro y aquella otra persona, al cerrarle las puertas, no solo está negando el pan y la sal a una persona, sino quizás, que una o muchas personas no dejen su vida en cualquier carretera. Por mencionar, un tema de la realidad sociocultural, la de los accidentes de tráfico.

Dicho todo esto, sin inquina, ni rencor, ni yendo en contra de nadie en particular, sea ente personal o entidad pública o privada. ¿Pero la Cultura y su gestión exige un debate regional, local, provincial, nacional o no…?

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