Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz | Infancia, la infancia y tu infancia

Jesús Millán Muñoz | Infancia, la infancia y tu infancia

Se considera la infancia la etapa de la vida entre el nacimiento y la adolescencia-pubertad. Dentro de la infancia existen distintas subetapas o fases que se van interrelacionando.

El concepto de infancia y niño ha ido evolucionando a lo largo de la historia y a lo largo de cada sociedad-cultura. Diríamos que en el siglo XX la Declaración de los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos del Niño ha transformado esencialmente, la concepción teórica-práctica del niño-niña en la humanidad.

La infancia es una etapa que va quedando relegada en el tiempo. No sé, si indicar que olvidada, sea demasiado, aquí entrarían las teorías neurológicas modernas, por ejemplo, diríamos que realidades-vivencias-experiencias o constructos psicológicos neuronales quedan impresos para toda la existencia, obrando o no obrando consciente o inconsciente o semiinconscientemente. Es uno de los grandes misterios-enigmas que creemos que en este siglo XXI se descubrirán, ya que se ha autotitulado como fin, el siglo del descubrimiento del cerebro. En definitiva, del descubrimiento-invención-diseño de la mismidad-esencialidad humana.

Hay quienes indican, utopías o desutopías modernas microminoritarias, el ir grabando muchos aspectos de la infancia de los niños, quedarían de ese modo cientos o miles de metros de película en video de su existencia, y, que después, a una edad adulta puedan rebobinarla y recordarla. Nunca me niego a nada, siempre que sea moral y ético y legal. Puede que esta realidad cultural se construya en el futuro, ahora, con la fotografía en los acontecimientos, es una manera, de abrir algunas ventanas-catas-islas del pasado se pueden recordar. Ahora mismo, con la fotografía de la telefonía móvil más ordenador e Internet, cientos de millones de imágenes se graban. Una parte de ellas se quedarán para la edad adulta de esos niños y niñas, y, algunas pasarán al acerbo común de la memoria colectiva humana, en archivos y bibliotecas y museos…

Nosotros, los de mi generación, tenemos nuestra infancia, en la segunda mitad del siglo veinte, es decir, a unos años del término de la guerra mundial segunda, a unos años de la finalización de la guerra civil incivil española. Por consecuencia, esas realidades nos condicionarían la infancia, más cuándo no existía televisión, ni ordenadores, ni Internet, la visión de lo real era limitada, salvo por el gran medio que es-era la radio. Y, no sé, cómo influiría dicho conjunto de realidades en la infancia de cada persona o individuo, es decir, de usted o de mí o de su vecina…

La infancia es el Mercado de Abastos, es el omphalos del micro y macromundo de este escribiente, eso acompañado del accidente de tráfico, más los viajes los fines de semana a Madrid, más otra multitud de realidades, que algunas recuerdo y otras “desarecuerdo”.

Qué realidades recordamos, qué realidades olvidamos adrede, qué acontecimientos semiolvidamos queriéndolos o no. No todo en la infancia es soleado, ni todo está inviernizado. Estimo y creo que siempre hay más bueno que menos bueno, más positivo que menos positivo. Pero también en la infancia surgen las grandes alegrías como géiseres que se lanzan al espacio-tiempo de una vida, también algunas graves heridas-pozos-huracanes que siempre están surgiendo-resurgiendo como pozos de petróleo negros de dolor-tristeza-angustia-pena.

Cada ser humano, diríamos tiene que reconciliarse consigo mismo, consigo en la infancia, consigo mismo en la etapa posterior de la adolescencia, consigo mismo después en la etapa de la juventud, para llegar a la primera etapa de la adultez. Y, luego el tren carrusel de la existencia-vivencia se va encabalgando. Ahora en Occidente con una enorme libertad, cada uno en su proyecto con sus circunstancias y con las acumulaciones-recuerdos-improntas de las etapas anteriores…

No estoy redactando este artículo para hablar de mi infancia o de la infancia en general o teórica, estimado lector o lectora, cómo diría Prada en alguno de sus columnas, para “los tres o cuatro lectores que todavía me queden”. En su caso es una figura literaria-retórica, en mi caso, puede que sea literalmente verdadero. Sino que estoy intentando que usted se reconcilie con su infancia, en una pintura-mural literalmente, grande y muy extenso, en un friso usted observa formas y figuras de todos los colores y contenidos, y si existen algunas marcas negras pequeñas, éstas sobresalen mucho.

Me gustaría que este modesto artículo le sirviese de sosiego-paz-tranquilidad-reflexión-análisis, y, fuese un elemento más de superación de aspectos negativos de la infancia y de su niñez. Las estadísticas, indican realidades negativas, a unos, nos dicen han podido sufrir abusos en el entorno familiar, otros acosos en la vecindad o en la escuela, aquellos problemas económicos graves en su infancia, otros el grave trauma de una pérdida familiar parental, sea por fallecimiento, o sea por las separaciones del vinculo conyugal entre los padres, aquellos otros heridas graves por enfermedad de algún miembro de la familia o ellos mismos, los de acá o los de allá por…. Usted, quizás esté inserto en alguna de estas categorías o en otras, o quizás, usted haya superado ya todos esos vaivenes del existir, o, haya sido feliz y alegre en todo, en la rutina diaria y cotidiana de su infancia o así lo recuerda, o así desea hacerlo…

Dicen que la verdadera patria del escritor y del no escritor es la infancia. Solo puedo señalar un toque de campanas, para que hagamos la infancia de los próximos y de los otros, lo mejor posible, según las circunstancias. Que la humanidad por fin, sea capaz de conquistar la paz y el bien y la racionalidad y la prudencia y el sentido común para todos los niños y niñas del mundo… ¡Y, usted supere lo negativo-dolor-herida-trauma de su infancia lo mejor que pueda…!

https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero

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