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Jesús Millán Muñoz | Certámenes de Artes Plásticas

Me pregunto si ya ha arribado la humanidad, la historia a plantearse algunos puntos sobre los certámenes de artes plásticas y. en general de la Cultura, Literatura…? 

 

Desde el punto de vista de la Historia del Arte, la Estética, la práctica de las Artes, los autores plásticos, etc., hay que plantearse el análisis de esta realidad, importante, al menos para los autores plásticos o literarios o musicales o de cualquier otro saber

 

Es decir, dicho de otro modo, se necesitarían tesis doctorales, trabajo fin de grado, investigaciones que analizasen no solo la trayectoria de los certámenes y premios de artes plásticas y otras especialidades, sino además plantearse a la luz de hoy, la tecnología actual, los medios de comunicación actuales, algunos aspectos para la perfección de esta realidad, en la cual, se presentan, distintos autores, seleccionan una parte de ellos, para una exposición, y le otorgan el premio a uno o dos o tres o cinco según las modalidades existentes… 

 

No, es este modesto artículo, una crítica agria y avinagrada y ácida sobre esta realidad. Porque al final, es un método que cumplen distintas funciones, según el premio y que tiene distintos fines según la especialidad y el certamen concreto, y que también dispone de distintos criterios y fines e intereses según la realidad de ese certamen, debido a multitud de circunstancias, organizaciones, entidades, etc. 

 

Solo me fijaré en un punto o en dos, y dejo la posibilidad imaginaria e irreal supongo que se creen debates nacionales y regionales sobre este tema. En el que entren todas las personas que forman y conforman este mundo, con el fin si se puede estudiar-analizar, crear metodologías más exactas, elevación de la estetiticidad de estas realidades culturales, y, en el que las distintas personas que forman parte de esta entidad y realidad, expresen sus opiniones, críticos, marchantes, galeristas, organizadores del certamen, patrocinadores, autores plásticos, etc. 

 

Siempre he pensado, que se parte de un hecho consciente e inconsciente, es que las personas que juzgan las obras, acepto de buena voluntad y con sus conocimientos y su personalidad, lo hacen con buenos fines e intereses, sin prejuzgamiento, ni censura sobre autores o autoras concretos, diríamos, doy por hecho que existe una deontológica o ética adecuada o suficiente de los comités de selección suficientemente seria y responsable, en la mayor verdad y bondad y belleza

 

Este hecho inconsciente es que se presentan obras de baja calidad, y de autores de baja calidad, por lo cual, no es lógico le otorguen el premio, no es lógico los seleccionen para la exposición que suele existir y haber. Pero, me pregunto, si un historiador o filólogo en el falso tapial de una casona manchega, que se derriba, mañana, se encontrasen los manuscritos de cien obras de teatro de la época del siglo de oro, de autores de quinta o décima categoría considerados en su tiempo y en el de hoy, pienso que sería un descubrimiento enorme para la historiografía de esa época, incluso para la literatura en general y el teatro del siglo de oro. Reitero, incluso aunque esas obras fuesen tachadas en su época, y en la actual, como producciones culturales en su género de quinta categoría o de décima. ¿O, no, o sí? 

Nos decía, Umbral, que la literatura es el único espacio que nos queda de libertad.

 

De libertad creativa, por tanto, aplicado a las Artes también, admitamos este principio. Por consecuencia libertad creativa, nos guste o no, siempre dentro de la legalidad vigente y la moralidad mínima universal. 

 

Algo de todo ello, pensamos que sucede ahora, con razón o sin ella. Pero hay autores plásticos, diríamos habría que ponerse en el pellejo de ellos y ellas, que quizás, esa obra que presentan, que no tiene calidad, han estado trabajando varios meses, varios meses también pensándola y pensando presentarse, con toda la preparación, toda la conservación, todo el coste en esfuerzo y en dinero del envío, toda la preparación de rellenar boletines, ahora de con la obra adjuntar una o dos fotografías de esa obra. Algunos de esos autores y autoras, pueden que lleven, en esto del arte plástico diez o veinte o treinta o cuarenta años. Algunos han estudiado estudios especializados, sea de Bellas Artes, sea de Historia del Arte, sea de otros colindantes. 

 

Muchos han podido leer y estudiar, docenas o cientos de libros sobre la materia, pueden que hayan visto en vivo, no miles, sino docenas de miles de obras, en Internet y en imágenes y en fotografías y, otros medios, también docenas de miles.

Han visto obras de toda la historia del arte, no de miles, sino de docenas de miles de autores y autoras, de todos los tiempos y culturas. Que han pensado y meditado sobre este fenómeno, y, ahora, no digo sin razón, todo ese trabajo, ni siquiera merece la selección, no ya el premio o algunos de los premios, la selección para esa exposición. 

 

Existen otras reflexiones, pero para terminar, indico, no valdría la pena, no sería necesario, que las obras seleccionadas se les hiciese la exposición que comentamos, que es así por lo general, sino que las obras no seleccionadas, al menos, se les hiciese una exposición virtual, de dichas obras, de tal modo, que quede para el futuro, las imágenes de otras docenas de obras, que según los comités de selección, suponemos de buena voluntad y buen conocimiento, consideran que no merecen o no pasan la altura suficiente estética o de conocimiento. No merecerían esas obras, exponerse virtualmente, indicando conceptualmente, que no han sido seleccionadas. De tal modo, que al cabo de los años, todas esas obras, que han sido seleccionadas y las premiadas, y todas las que no, formen un conjunto de obras, que pueden tener valor, quién sabe, para el futuro. Se pueden analizar, estudiar, aquilatar, quién sabe si valorar, si alguna de ellas, se adelantó a su tiempo, porque los que estamos alrededor de este mundo, sabemos que obras y estilos que ahora se valoran lo suficiente, estilos-tendencias-estéticas-materiales, hace cuarenta años, se les negaba el pan y la sal, solo recibían el silencio y la negación… 

 

Es decir, esos premios o certámenes, podrían ir creando archivos documentales, con los curriculum, que se les envía junto a las obras de autores y autoras, al cabo de diez o veinte años, seguro que esos archivos serían de varios cientos de personas, reflejando sus obras que se presentaron. Y, serían la base documental para posteriores estudios y análisis de esos certámenes de las pinturas realizadas en sus tiempos, de los autores, etc. Es decir, una riqueza documental y cultural e historiográfica y artística se pierde, por no archivarla y guardarla, al menos curriculum e imágenes digitales, para el futuro. 

 

Toda actividad humana, sea económica, social, cultural, más en democracia, no puede funcionar solo con la heteroevaluación sobre los demás, sino la autoevaluación, o la evaluación en ambos sentidos, de todos los aspectos que forman y conforman la realidad que sea. 

 

Hoy, todo el mundo acepta, que alguien pueda hacer una queja si en Urgencias no es tratado bien, o así lo piensa esa persona, pero no aceptan muchas mentes, que un pintor haga una crítica a un certamen de selección de una exposición. Abramos la mente, de verdad, seamos más demócratas, de corazón y de sangre y, no solo de nombre. Y, que nadie se ofenda, porque no tengo ni ánimo, ni edad, para ello. Ni lo necesito a nadie ofender, porque supongo mi actividad plástica, sería como esos autores de quinta o décima fila, ya en el anochecer de la existencia. Otros aspectos habría que analizar, pero que lo hagan otros. Paz y bien. 

 

 http://personal.cim.es/filosofia/                © jmm caminero

 

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