Artic World Archive tiene la finalidad de acumular durante siglos el saber esencial de la Humanidad. Igual que al lado está el Banco Mundial de Semillas, que conserva quinientos millones semillas de  diversas especies vegetales del mundo.

Rune Bjerkestrand, es el fundador de dicho archivo que se inauguró oficialmente en marzo del 2017, con archivos nacionales de México, Brasil y Noruega, indicando que con el sistema de que disponen, se podría conservar dicha información durante varios siglos.

Desconozco, al no ser un experto, si con este sistema permanecerán los datos acumulados y guardados varios siglos, como indican sus patrocinadores. Pero si así es, todas las bibliotecas y archivos del mundo deberían crear sus propias instalaciones en todos los continentes del mundo, con las condiciones geográficas y climáticas que lo permitan.

Pero, en el fondo, la humanidad, de momento tiene un grave problema, que quizás no haya resuelto todavía, una ingente cantidad de datos se están digitalizando, pero tenemos el problema, que según la Biblioteca de Washington, los DVD solo tienen una vida de quince o veinte años. Las memorias externas o discos duros, no mucho más, según algunos expertos. Los sistemas de “nube o similares”, mientras que existan esos servidores.

Dicho de otro modo, se puede producir, “un desierto documental” de la ingente cantidad de datos que se están acumulando en los sistemas digitales actuales.

Es cierto que se está hablando de “grabar en cristales de cuarzo”, y esa información, si los resultados son correctos y eficientes y fiables, podrían durar varios siglos o varios milenios, según los más optimistas. Pero de momento este sistema “de grabación en cuarzo” está en investigación y en desarrollo.

Cierto es, que ante la enorme cantidad de posibilidades y variables existentes en el mundo, es absolutamente necesario, que la ingente cantidad de datos, informaciones, libros, documentos, archivos, bibliotecas, obras de arte, y obras de todas las actividades culturales, en todos los saberes, queden conservados para el futuro. En soportes los más pequeños, y que existan posibilidades de conservación y recuperación para varios siglos o milenios.

Al final, no olvidemos, que el conocimiento del pasado que disponemos, es lo que se ha conservado, sea en pinturas en cuevas, sea en esculturas o escrituras en piedra o paredes o pergamino o papel o papiro…

De todas las problemáticas que el ser humano tiene como retos. Una desde luego es la conservación del máximo material documental para el futuro. Si tenemos en cuenta, que dentro de varios lustros, sistemas de Inteligencia Artificial, podrán interrelacionar datos y conceptos. Podría suceder, que ideas o datos o conceptos, que estén acumulados en “documentos o libros o artículos”, que sus autores, no son de primera fila, pueden tener un valor relevante.

Porque quién puede negar, que una persona, por ejemplo, un matemático que ha escrito en toda su existencia, mil páginas de matemáticas. Y se considera, diríamos un matemático de quinta fila. En una de esas páginas, en una, haya encontrado algún algoritmo que abra un nuevo mundo matemático. Pero para eso, quizás, con esos sistemas, ya en funcionamiento en sus primeros estadios, esos sistemas de Inteligencia Artificial, pueden ser encontrados. Y con los sistemas actuales, pues dormirían el sueño de los justos.

Para terminar la humanidad debe encontrar un sistema de “materialización de los datos y el saber”, que sea económico, que ocupe el menor espacio posible, que permanezca durante siglos y que pueda soportar los embates del tiempo, es decir, contrariedades de corte natural o social o histórico. Porque, cada vez, la humanidad camina más hacia una sociedad de la información, de la cultura, y de la comunicación. Y al final, un dato puede ser relevante, aunque esté sepultado en millones de datos. Pero ahora podremos tener los sistemas para encontrarlos, y ahora tendríamos que buscar las formas de acumularlos y guardarlos y conservarlos…

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Por: Jesús Millán Muñoz.