Veinte años ya de la declaración de La Laguna como Patrimonio Mundial por parte de la Unesco, dos décadas que han supuesto el fortalecimiento de la conciencia de aquellos valores que llevaron a este lugar y su importantísimo conjunto histórico, trazado originalmente en 1500 como la primera ciudad colonial no fortificada, a convertirse en un referente, no solo de Canarias o España, sino de toda Europa.
Un tiempo por el que la ciudad merece una felicitación especial, sin duda, pero unos años, también, de trayectoria desigual en el ámbito turístico. Desde Ashotel venimos trabajando hace tiempo ya en impulsar a través de nuestros establecimientos asociados en el municipio la construcción de un destino de calidad y diferenciado, atributos que aportan un plus a la ciudad y que no se quedan en un mero servicio de disfrute privado.
Los esfuerzos inversores del empresariado de establecimientos alojativos como La Laguna Gran Hotel, Laguna Nivaria o el recientemente reformado Océano Hotel Health & Spa, de Punta del Hidalgo, en la costa lagunera, por citar solo algunos, son ejemplo reciente de apuestas decididas y arriesgadas. La acción privada genera un beneficio común en un destino como este, con acciones que redundan en la economía y la sociedad de esta ciudad única.
Quienes representamos a la patronal hotelera en el área metropolitana siempre nos gusta situar a la ciudad y a la isla de Tenerife en el mapa: un destino que goza de una privilegiada conectividad aérea con toda Europa, siempre muy trabajada, con conexiones directas a alrededor de 150 ciudades del continente. Esto es un lujo al alcance de muy pocos, por lo que es fundamental que lo tengamos presente a diario y trabajarlo de forma constante con profesionales que aporten valor a la iniciativa, y por supuesto, con recursos.
Entre los motivos que justificaron aquella declaración de 1999 se encuentra el hecho de que La Laguna es un ejemplo vivo del intercambio de influencias entre la cultura europea y la cultura americana, con la que ha mantenido un vínculo constante. Y qué es realmente eso sino turismo, experiencias intercambiadas, vivencias de quienes nos visitan para empaparse de costumbres, culturas, naturaleza…
Veamos algunos datos de la ciudad. Su planta alojativa, incluida la zona costera de Bajamar, Punta del Hidalgo, Tejina y Valle de Guerra, alberga 1.151 plazas hoteleras, 508 extrahoteleras, 22 de hoteles rurales y 123 de casas rurales. En estos números no se incluye la vivienda vacacional, que sería asunto de otro artículo. Las citadas camas corresponden a 12 hoteles, 3 apartamentos, 1 hotel rural y 10 casas rurales. Con modestas ocupaciones medias que se sitúan en torno al 50%, el municipio de La Laguna cerró el año 2018 con 72.000 turistas alojados, frente a los 55.000 del año anterior.
Todavía podemos y debemos hacer mucho más. Hemos de cambiar la estrategia, pasando de despachar turistas a ir a buscarlos con argumentos y productos bien definidos. Presumimos de tener una de las grandes ciudades históricas y mejor preservada de Canarias, pero hemos de situarnos en el mapa turístico y beneficiarnos de este sector que tanto bien puede aportar al municipio, tanto a la ciudad como a su espectacular y a veces olvidada costa.
Hemos mantenido algunos encuentros con el alcalde lagunero, Luis Yeray Gutiérrez, para intercambiar pareceres y propuestas sobre la mejora del sector en el municipio. Hemos coincidido en la importancia de trabajar codo con codo la administración pública y el sector privado, fórmula que entendemos de mayor éxito para el desarrollo de cualquier proyecto, más aún en el ámbito turístico, donde la experiencia profesional de quienes nos dedicamos a este ámbito puede aportar aciertos a las decisiones políticas.
Solo queda ahora que esa alianza dé sus frutos para que podamos situar esta ciudad en los primeros puestos de un turismo de ocio familiar, de grandes espacios comerciales abiertos, con un peso importantísimo del patrimonio, la cultura y el inmenso valor de sus espacios naturales únicos, de los que la Unesco también ha reconocido como Reserva de la Biosfera al Macizo de Anaga. Y, finalmente, también como valor turístico, La Laguna es una ciudad donde la oferta gastronómica tiene un papel destacado. Es cuestión de creer y querer: trabajemos juntos y celebremos otros 20 años a la vanguardia de las ciudades Patrimonio. ¡Felicidades, La Laguna!