La conectividad marítima y una óptima operatividad portuaria, es clave para la seguridad de la isla.
El ocaso del Puerto de Santa Cruz de Tenerife y no digamos del Puerto de Granadilla, choca frontalmente con el esplendor que está asumiendo el Puerto de la Luz y de Las Palmas, la diferencia entre ambos es abismal. Quedándose el nuestro como dependiente y subsidiario del Puerto de enfrente, que va a convertirse, en los próximos años, en el Puerto de referencia para el tráfico marítimo internacional en el Atlántico medio. La inoperatividad en el despacho de mercancías, provenientes de destinos extracomunitarios en el Puerto de Santa Cruz es crónico, las dificultades de la empresas, en las obras a ejecutar dentro del recinto portuario, especialmente las pymes locales y subcontratistas, son mayúsculas, que se ven abandonadas en sus derechos por la Autoridad Portuaria, los problemas diarios con los que se encuentran los operadores, que les impiden crear más puestos de trabajo, la administración interna, burocratizada al máximo, sin diligencia alguna y estorbadora más que ayudadora para nuevas inversiones, la descoordinación entre la distintas administraciones que interactúan en el Puerto, convirtiéndose en verdaderos reinos de taifas enfrentados continuamente, son algunos de los problemas que explican el deterioro continuado y que puede ser irreversible, si no se toman medidas inmediatamente. Algunos dicen que decir estas realidades dañan la percepción del Puerto en el exterior y la imagen de la instalación portuaria, no es cierto, por el contrario, afrontar los problemas de frente, es el primer paso para solucionarlos, pero seguir en modo confort, llevará al hundimiento del Puerto y nunca mejor dicho.
Hay que recordar que La Comunidad Portuaria, no son unos cuantos, sino que la conforman un conjunto de empresas, usuarios, organismos, asociaciones y trabajadores portuarios, por lo tanto, que nadie se arrogue el monopolio representativo del Puerto o una representación que no ostentan, pretendiendo confundir a la opinión pública. Las demandas que traslada FEPECO a los responsables públicos y para conocimiento de la ciudadanía, precisamente provienen de un importante sector de la comunidad portuaria y se basa en hechos ciertos y contrastados. Negar los mismos, es darle la espalda precisamente a la comunidad portuaria usuaria del Puerto y de sus servicios.
Cuando exigimos, que se opere los sábados, domingos y días festivos, para agilizar el despacho de las mercancías, reconocen que los servicios de inspección de mercancías están infradotados, cuando afirman que los funcionarios “de manera voluntaria” prestan servicios durante los festivos y los fines de semana. Este es un problema que también se da en Gran Canaria, motivo por el que recientemente el ministerio correspondiente, ha aprobado la creación de siete plazas para el centro de inspección de mercancías del Puerto de Las Palmas y sin embargo ninguna para el de Tenerife, cuestión publicada recientemente en los medios de comunicación. Este es uno de los problemas estructurales del Puerto de Santa Cruz, la escasez de personal en los distintos departamentos y administraciones adscritas, cuestión que está sobradamente solventada en el Puerto de La Luz y de Las Palmas.
Desde FEPECO apostamos por una solución de los problemas del Puerto que no sea desde las posibles amenazas y la confrontación. Desde siempre, hemos defendido nuestro Puerto, como una de las señas de identidad principal de Tenerife y no duden que vamos a seguir haciéndolo, aunque a algunos les moleste y les obliga a ponerse en marcha y espabilarse para ser competitivos. Decir lo que no funciona, no es dañar la imagen del Puerto, todo lo contrario, es señalar un problema para buscar una solución. No cabe duda, que es la información que nos dan los usuarios y clientes la que nos permite mejorar. La autocrítica en ocasiones es difícil de admitir y casi nunca es bien aceptada, siendo los usuarios los que deben orientarnos a cómo mejorar los servicios del Puerto en general. No escucharlos es un error mayúsculo.
No se puede gestionar constantemente a espalda de los clientes y usuarios, alabándose vanidosamente, poniéndose medallas y exponiendo sólo los tiempos óptimos del circuito del contenedor. Redecorando la realidad no habrá mejoras. Hay que pensar más allá y no siempre en los contenedores que se despachan en el mismo día o tardan una hora y media. Se dan otros casos y tanto la Autoridad Portuaria, como el Centro de Inspección lo saben y reconocen, donde la tardanza es insostenible para las empresas importadoras. Eso sin hablar de los desorbitados costes del servicio de inspección, que unidos a los de los fletes de estos últimos meses, hacen inviable para los empresarios seguir importando mercancías. El futuro de esta tierra está en juego y hay que trabajar en mejoras continuas y dejarnos de auto alabanzas que no nos llevan a ningún lado. Negar la realidad es perjudicar al Puerto, manteniéndolo en un nivel mediocre de servicios., que nadie quiere. FEPECO seguirá trasladando las necesidades de sus representados y de la comunidad portuaria que le hace llegar sus demandas, para colaborar con las instituciones públicas, pero siempre desde el respeto mutuo, dejando de lado la confrontación, pero manteniéndonos firmes. No cabe duda, que se está pidiendo a gritos, una mayor contundencia, mejor trabajo operativo y más eficiencia a la Autoridad Portuaria de Tenerife y FEPECO está dispuesta a apoyar, ayudar y sumar, como siempre ha sido su postura, en toda su larga trayectoria de defensa del tejido empresarial del sector de la construcción en nuestra provincia.