Felicidades a los afortunados saludables
Cada día podemos ganar mucho dinero con la ONCE, la bonoloto, la primitiva, el Euromillón, lotería Nacional, en el bingo, con las tragaperras, la quiniela de fútbol o caballos y muchos más juegos de azar, pero la lotería más famosa del año es la Lotería de Navidad, porque en éstas fechas tan emotivas, parece como si no existiera otra.
Somos cómo los caballos que tiran de las carretas con las placas en los ojos y no vemos más allá de lo que tenemos delante, porque en el sur de Tenerife tenemos una famosa gasolinera donde los compradores están hasta tres horas haciendo cola para comprar el número de lotería navideña y es de máquina, porque no es una administración, aunque es lo mismo comprar el número en cualquier lugar. Obviamente dicha gasolinera dará siempre algunos premios porque vende miles y miles diferentes y son miles y miles de oportunidades, pero éste año muchas administraciones darán premios porque a más pobreza y riqueza, más venta y muchas administraciones están vendiendo muchísimo. Digo pobreza y riqueza porque prácticamente casi no hay término medio, pero luego está la frase famosa de los perdedores cuando no ganan ningún premio que dice, “Lo importante es la salud”.
Las empresas que más han triunfado siempre, son las de comestibles y bebidas, las gasolineras, las que venden juegos de azar y las farmacéuticas y desde hace dos años todas ellas están triunfando muchísimo más, porque estamos enganchados por infinitas razones. Las petrolíferas están al cien por cien y por los mares cercanos a las Islas Canarias o África, están oliendo a petróleo y otros minerales y por dicho motivo muchos americanos, chinos y demás familiares están volando por la zona costera.
Ésta carta está inspirada en Gran Canaria cuando íbamos observando a la ciclista y a los barcos del petróleo, cuya imagen está en la foto adjunta. Falta muy poco para montarse la marimorena y aquí lo dejo.
Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Juan Santana