Uno de los tipos de turismo que más ha aumentado en los últimos años es aquel cuya intención es la observación del paisaje, la flora y la fauna, el medio ambiente y que, en general, se muestra preocupado por su conservación. Es evidente que los núcleos receptores preferidos por este visitante, son aquellas zonas del territorio menos modificadas por la mano del hombre y, en especial aquellas que gozan de algún status de protección, como los Parques Nacionales.
La conservación de esos lugares como santuarios sería imposible, de no existir la preocupación científica y el turismo, que generan los recursos suficientes para poder mantener tales ecosistemas en lugares apartados, casi sin recursos, que han comprendido que las corrientes turísticas no sólo generan recursos sino que además permiten la conservación y mejora de su más importante recurso: el medio ambiente.
Entendiendo, siempre, que la propia visita, no sólo transforma, también modifica a su paso, el entorno ambiental, ya sea por su presencia corporal o, pisando los senderos o caminos creados para dichos visitantes. De ahí el nivel de protección especial a los espacios naturales protegidos. Reduciendo el número de visitantes, o turistas, a fin de conservar su entorno y su valor estético.
“El turismo sostenible en Canarias, una realidad necesaria.” Ha sido el primer artículo que he leído, de Yaiza Castilla, Consejera de – Turismo, Industria y Comercio – del Gobierno de Canarias. Quien apuesta, además por la penetración del turismo Chino en Canarias. 万亊开头难. ¡El primer paso siempre cuesta!
Lo que más me preocupa es que hemos convertido el desarrollo del turismo rural en una oferta turística, impropia de su actividad, vamos, para enriquecernos en dos días. El desarrollo del turismo rural permitía a zonas económicamente deprimidas, obtener ingresos adicionales, que no provenían de zonas agropecuarias, que suelen ser el medio de vida de la población local. Procurando la conservación del medio (ambiental o monumental) e impidiendo el despoblamiento de zonas rurales. Por sus propias características, con este tipo de turismo no se suponían elevados ingresos para estas localidades. La oferta se degeneró a tal nivel económico, que ya nadie habla de esta alternativa.
Y los Ayuntamientos turísticos, van tomando las riendas del turismo cultural, aunque se desarrolle principalmente en las ciudades, pues son el núcleo receptor preferido para estas corrientes de viajeros. La razón es que en ellas se encuentran todos, o la mayoría de los atractivos culturales: museos, festivales, espectáculos, teatros y monumentos. Podemos definirlo como el desplazamiento de personas cuya motivación principal es conocer manifestaciones culturales, artísticas, arqueológicas, monumentales y, en general, cualquier manifestación humana que contribuya al enriquecimiento cultural. ´
La gestión del patrimonio cultural corresponde comúnmente a la Administración o, a instituciones vinculadas a ella. Aunque existen un número importante de museos en el mundo de titularidad privada. En cualquier caso los ingresos generados por el turismo cultural son tan importantes para las empresas como para la administración titular del patrimonio cultural.
El viajero, es un visitante que programa cuidadosamente su viaje. Estima la relación calidad/precio, aunque frecuentemente deja los aspectos económicos en un segundo plano. Suele ser un viajero de un nivel adquisitivo medio /alto. Suele realizar cortas estancias (Cárdenas). Y valora mucho el respeto al medio ambiente huyendo de la contaminación. Combina a menudo la cultura con otras motivaciones.
Le encanta leer, pues, 开卷有益 , la lectura enriquece la mente.
Por: Antonio Pastor.