Pastor Abreu, Antonio*
Hace escasos días y sin saber cómo, me encontré inmerso en una tertulia, entre empresarios y compañerosprofesionales del turismo, preocupados por la situación que se avecina. Planteaban entre otros, el concepto del Turismo Sostenible, misión que va a defender a ultranza Yaiza Castilla. Consejera de Turismo, Industria y Comercio, en su mandato político.
En cuanto a la responsabilidad de Industria, no sé cómo podría coadyuvar en la defensa de la Sostenibilidad Ambiental. ¡Pero así es la política!
Acto seguido pensé en cómo podría colaborar en ello. Y recordé un artículo que publiqué en La Gaceta de Canarias, un viernes, 27 de Octubre de 1995. Siendo Director. Jorge Bethencourt. Dudaba si sería conveniente refrescar la memoria o, mejorar la imagen, errónea, que algunos tienen sobre la importancia de los Campos de Golf, para la isla, el viajero o turista, en particular.
Su título, Golf y Ecología.
Si alguna vez oye, a alguien, lamentarse por la construcción de un nuevo campo de golf, escúchele de manera cortés e intente comprender las verdaderas razones de sus argumentos. Luego podrá plantearle la realidad.
El césped en los campos de golf reduce drásticamente las corrientes de agua, en zonas urbanas, ayudando a mitigar las inundaciones, actuando como una esponja, con lo cual juega un papel significativo en la retención del agua de riego y lluvia.
También en zonas de escasa precipitación, los campos de golf facilitan la retención, del precioso suelo frente a la erosión. Los campos de golf son excelentes plantaciones para regar con efluentes de aguas residuales, tratadas, ganando en pureza y facilitando el ahorro en los acuíferos.
Una instalación de golf de aproximadamente 60 hectáreas, proporciona diariamente el oxígeno consumido por 120 personas o en su defecto, cinco metros cuadrados de césped son suficientes para permitir respirar a una persona, durante veinticuatro horas; o sea, todo el día. El césped amortigua la intensidad de los ruidos, ya que los absorbe, los desvía, los refleja y los refracta. Ayuda a reducir el polvo y las concentraciones de polen. Proporciona relax para la vista en contra del incómodo deslumbramiento procedente de las superficies de hormigón. Los campos se convierten en moradas para una gran cantidad de fauna; porque, no todo es césped, en un campo de golf; constituyéndose en auténticos refugios o reservas de vida, sobre todo, de las aves migratorias, conejos, pájaros etc.
Seguimos esperando, comentaba, a que Medioambiente empiece a usar su creatividad, su impronta, en favor de nuestro ecosistema y entre otras iniciativas aún sin desvelar, – conjuntamente con la Federación de Golf – mitigando los problemas que puedan darse en dichas instalaciones, sobre todo con el nuevo plan de proliferación de los mismos, en las Islas.
Este programa, decía, de preservación de especies, que se refugian en los campos de golf podría estar entre:
- a) Realizar los hábitats para la fauna presente o futura, mediante una colaboración, con el gerente y el greenkeeper, proporcionándoles consejos e información útil acerca de prácticas ecológicas para el mantenimiento del campo. Pueden abordarse temas como ubicación de nidos para aves beneficiosas. La mejora en la disponibilidad natural de alimentos y agua para la fauna. Prácticas de control integrado de plagas (CIP), reducir significativamente el empleo de pesticidas y fertilizantes que ayuden a fomentar el deseable equilibrio, entre las plagas y sus enemigos naturales.
- b) Lanzar programas locales de comunicación ecológica que aborden el tema de los campos de golf pero, desde un enfoque más serio y objetivo, en los que se estimule la participación activa de nuevos, jugadores de golf, del greenkeeper, de responsables de clubes, de centros educativos y universitarios así como del público insular, en general.
Dicho programa puede ampliarse dándole esa importancia que tiene el césped en los campos de golf, y en nuestra calidad de vida, logrando que nuestro entorno, sea más sostenible.
*del Grupo “Eco-vacaciones, Vivir la Ecología”.