Noticias Tenerife El Veterinario: en primera línea frente al maltrato animal

El Veterinario: en primera línea frente al maltrato animal

El Colegio Oficial de Veterinarios de Tenerife organiza un curso para ayudar a los profesionales a actuar ante estas situaciones.

Los próximos días 16 y 17 de mayo, el Colegio Oficial de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife, en colaboración con el Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, organiza dos ediciones (una en Tenerife y otra en La Palma)  del curso “Elementos Básicos del Maltrato Animal en La Clínica Veterinaria” que impartirá  Alfredo Fernández Álvarez, doctor en veterinaria y máster en Pericia Sanitaria por la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Medicina y Cirugía de Animales de Compañía, miembro de la Comisión Deontológica del Consejo General de Colegios Veterinarios de España entre otras comisiones de la organización colegial, asesor en Veterinaria Legal y Forense del Consejo General de Colegios Veterinarios de España y asesor pericial veterinario para diversas compañías aseguradoras en materia de responsabilidad profesional veterinaria.

“No hay una única forma de maltrato: ni para los seres humanos, ni para los animales. Las formas de maltrato no se segmentan, porque el maltratador se ceba con todos aquellos que son más débiles: las mujeres, los niños, los animales… por eso no podemos abordar el maltrato desde una sola disciplina, no podemos analizarlo al completo mirándolo sólo desde el punto de vista psicológico, periodístico, judicial, veterinario… Debemos abordarlo de forma multidisciplinar”, explica Alfredo Fernández  para quien es imprescindible que “comprendamos que el maltrato es una lacra social que debemos abordar desde una perspectiva científica y siempre con consenso social para evitar encaminarnos al absurdo” y pone como ejemplo aquellos que se rasgan las vestiduras ante el maltrato que sufre el toro en una plaza, pero desconocen lo que pasa con las vacas de leche. “Debemos consensuar qué entendemos socialmente por maltrato y a partir de ahí trabajar”, pero lo cierto es que la legislación española no lo pone muy fácil.

“No hay una ley de protección de los animales a nivel nacional. Es verdad que los artículos 337 y 337 bis del Código Penal han incrementado la protección a los animales, no sólo desde el punto de vista de la salud física, sino también desde la psicológica. Pero a partir de ahí, cada comunidad autónoma ha hecho su propia ley, en la mayoría de los casos sin contar con la colaboración de los veterinarios que legalmente son los únicos capacitados para cuantificar la naturaleza del maltrato y emitir informe pericial cualificado ante la Justicia. Los veterinarios, por preparación y por el lugar que ocupan  tienen que ser los líderes contra el maltrato”, estima el ponente de un curso que está dividido en dos secciones: una primera en la que “se va a realizar un ejercicio de reflexión entre nosotros mismos, los veterinarios, sobre nuestro papel hacia el maltrato” y una segunda más científico/técnica.

Alfredo Fernández explica que los veterinarios están formados para sanar y curar “y a veces el hecho de que alguien lesione a un animal nos produce una barrera mental porque no existe sólo el maltrato encaminado a disfrutar con el sufrimiento de otro ser vivo, sino que también tenemos el maltrato de quienes dan al animal alimentos equivocados, no le facilitan el ejercicio necesario, lo tienen atado o en una terraza… en ese momento la relación con el propietario se vuelve difícil, incluso el veterinario puede plantearse que puede estar equivocado en lo que aprecia”.

En este sentido, el experto explica que las facultades de Veterinaria no incluyen en sus programas formativos “ni una sola referencia al maltrato cuando, según una estadística publicada en EEUU, se calcula que un 1% de las consultas veterinarias podrían estar relacionadas con alguna forma de maltrato, una cuestión sobre la cual la sociedad cada vez exige más a los profesionales”.

El veterinario es quién va a ver la lesión, va a establecer su gravedad y las consecuencias en el animal y ese será el hilo conductor de la segunda parte del curso: ayudar a los profesionales a tener claras las directrices para emitir un diagnóstico, saber cómo identificar los malos tratos, sus características, conocer los indicadores de maltrato, establecer el nivel adecuado de comunicación con el cliente/propietario (distinguir entre agresividad, negligencia, conductas inadecuadas, etc…), saber cuándo y cómo relacionarse con las autoridades competentes, cómo recoger adecuadamente pruebas y datos.

En resumen, “es necesario que el veterinario tome conciencia de cuál es su papel frente al maltrato (patrones, escenario…) porque es quien tiene, por Ley, capacidad forense pericial para documentar lo que haya ocurrido y hacerlo valer ante las autoridades y la Justicia o, lo que es lo mismo está en primera línea en protección animal siempre de la mano del conocimiento científico”.

 

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