Por Juan Santana.
En este mundo de la comunicación conocemos a muchas personas y estoy hablando de los lectores, pero nosotros los que conectamos a nivel personal mirando a los ojos a quiénes entrevistamos o por cualquier infinita circunstancia estamos físicamente y mentalmente juntos, llegamos más profundo, a la misma alma.
Hoy vamos con Pedro el nuevo Presidente de Radio Taxi o de los taxistas, porque la vida es así y toca a quién toca. Pedro un hombre tranquilo, amable, manso como los perros presas mezclados con bardino, pero huelo que este hombre mosqueado tiene que ser como un camión de dieciocho ruedas que viene hacia ti sin frenos y como no te quites delante te escacha sacándote las tripas pa´fuera.
La primera vez que escuché hablar a Pedro, por su tono de voz ya sabías que era un hombre seguro de sus cosas, un hombre de esos que les gusta las cosas claras y poco a poco vamos cogiendo confianza y sabemos que la confianza da asco. En este caso también da asco, pero es un asco positivo, porque podemos decir aquello de as conmigo lo que quieras, siempre con respeto. Entramos en su oficina, para asuntos de interés, pero hemos comenzado a compartir algunas anécdotas personales de familia, presumiendo de nuestros hijos, donde estudian, educación, comportamiento con los compañeros y hemos llegado a la misma conclusión, es decir, es mejor llevarse bien con los demás, que tener mal rollo, porque llevándonos bien, podemos llegar de la mejor forma a la meta y todos seremos ganadores.
Un gremio como el del taxi, tiene sus miles de opiniones en la calle, porque lógicamente soltar la pasta es jodido, pero que bonito es montarse en un coche de veinte mil euros y que te lleven cómodamente al lugar donde usted desea, con un chófer bien vestido, educado y con sus gastos obligatorios, porque estamos obligados a informar que los taxistas legales tiene que pagar si o si, montón de papeles, seguros obligatorios, pegatinas que miran con lupa en el Ayuntamiento que todavía no vemos la explicación, porque luego están los taxis ilegales que esos no tienen que pasar por el Ayuntamiento a que les toquen las pelotas con las pegatinas europeas ni leche en vinagre.
Obviamente los taxistas ilegales al final ganarán más dinero, pero preguntamos, ¿Cómo podemos parar esta movida de los taxistas ilegales?. Hay muchas formas de frenar este injusticia, pero la primera y lógica es que la policía les pare les multe y punto pelota. Luego tropezamos que tendrán que buscarse la vida por otra parte y cuando un padre tiene que dar de comer a sus hijos, saltará cualquier muro, porque el hambre es sorda y ciega, siendo capaces de cruzar mares en una lancha de madera o en una zodiac de goma inflable, ¡Total!, voy a morir de hambre, pues apuestan por una última oportunidad. La cuestión es que las islas son tartas con una medida y si los comensales van creciendo, la tarta va disminuyendo, pero peor aún, es que los taxistas legales e ilegales están aumentando. ¿Qué hacemos entonces?. Pues por lo pronto, pensar, reflexionar y buscar la mejor solución, pero hacerlo de manera urgente porque el tiempo pasa y jamás vuelve.
Por eso queremos desearle a Pedro y a sus más cercanos como el amigo Luis, una buena presidencia, cargada de buenas acciones positivas, para que poco a poco, el gremio de los taxistas vaya uniéndose como los mejores equipos de fútbol. ¡Por cierto!, deben mirar el ordenador de la oficina de Arona, porque resulta que no les sale el anagrama con el número de teléfono y sin embargo en todos los demás podemos verlo. Dicho queda y gracias por leer y dedicarme un poco de tu tiempo, el tesoro más valioso del ser humano, porque repito, el tiempo pasa y jamás volverá.
Un saludo a todos, especialmente al gremio del taxi del mundo entero.
