Por Juan Santana. En este momento mi reloj marca las 13:30 del 17 de octubre del 2.016 y usted sabrá qué momento vive ahora mismo. ¿Cómo estás estimado lector?. Espero estés bien, cargado de vida, ilusiones, sueños por cumplir y emociones intensas por diferentes razones esperando que sean siempre positivas.
Te hago una pregunta, ¿Te imaginas un día sin teléfono móvil, sin luz en casa y alumbrado con luz de velas?. Pues quiero compartir contigo, que ayer domingo, aproximadamente a esta misma hora nos quedamos sin luz eléctrica seguramente porque quiénes instalaron el cuadro de luces, han puesto poca potencia y con la tele encendida, la lavadora, tres ordenadores, la cocina y alguna que otra bombilla, pues pasó esto. Pero cuando hemos llamado a la central, una chica muy amable nos dice que bajemos todas las palancas y volvamos a subirlas, pero seguimos sin luz. Entonces termina diciéndonos que nos pongamos en contacto con un profesional para solucionar este problema cuando está clarísimo que es un problema exterior y pienso que el servicio es una mierda.
La caja del contador exterior lleva una especie de precinto y obviamente tenemos prohibición de abrir dicha caja del contador para ver una luz verde o roja según la persona con quién hablamos. Entonces preparo velas en la entrada, cocina, baño y dormitorio, porque estoy solo y sin luz sientes ser un nadie en la oscuridad. Sin televisión, sin internet, con poca luz para afeitarte, sin poder calentar comida, comida en el congelador, en fin….., pero tuve suerte que a las diez y algo de la noche vuelve la luz, pero con las subidas y bajadas, algunas bombillas terminaron fundiéndose.
¿Ahora qué?, ¿Denunciamos a Endesa?. Mejor seguir con la luz y hablar con un profesional electricista amigo tuyo, para que la clavada no sea tan profunda. Sin embargo con esta experiencia descubres que sin internet en casa, sin televisión para ver alguna buena película y sin poder calentar una taza de leche, echas de menos saber vivir tranquilo durante unas horas, además del valioso gas, porque desde que pueda compro una bombona pequeña para cuando vuelva a repetirse este suceso.
Gracias al destino los congelados siguen sin descongelarse, pero…¿Y si hubiera perdido los congelados?. ¿Me hubieran pagado las pérdidas que no serán más de 60 € pero es dinero?. Al final los culpables siempre seremos nosotros, por no ser precavidos y punto pelota.
Estamos convertidos en unos enganchados tecnológicos y acabo la carta con la noticia de la televisión que sorprendió a muchos, porque han colocado unas luces rojas en el suelo para avisar a los millones de personas que van caminando con cabeza gacha mirando para sus teléfonos móviles y cruzan sin mirar los semáforos.
¡Lo dicho querido lector!. Intenta desconectar el teléfono móvil un par de días si eres capaz, para que compruebes tu mismo, si puedes estar aislado del mundo virtual o tecnológico. Gracias por regalarme un poco de tu valioso tiempo, el tesoro más grande del ser humano. Un saludo.