Por Juan Santana.
Despierto cada mañana, con ganas de ti, quiero ser feliz, en vez de sufrir y el tiempo camina, empujando sin darte cuenta y la vida va pasando, pasan los días, pasan los años. No vale la pena hacerse daño y menos aun sin razón, pero te diré algo muy importante, “Nos debemos millones de besos, abrazos apretados y sinceros, caricias y miradas que inviten a reflexionar a través del silencio, porque muchas veces no hace falta hablar, sobran las palabras. ¿Cuántas veces en nuestras vidas hemos dicho “Te quiero” a un amigo o al ser amado platónicamente?.
No quiero soñar que estés a mi lado, porque sería tontería perder más tiempo, el tesoro más grande del ser vivo. El tiempo pasa y jamás volverá, pero vamos a obligar al amor, a que esté con nosotros luchando por un mundo mejor sin olvidar que jamás cambiaremos el mundo, porque el mundo siempre termina cambiándonos a nosotros.
Estimado lector, vamos amarrar el amor para que no pueda escaparse y hablo del amor a la sociedad, para que no te confundas Facunda. Vamos a recordar que hemos nacido en esta parte del planeta donde nos sobra el pan, porque además está muy barato aunque sea de baja calidad como esos panes congelados que hacen en los hornos en cualquier supermercado. ¿Por qué buscamos el sufrimiento, pudiendo vivir en paz?. Tengo la respuesta muy clara, “Porque somos así de ignorantes sin ánimos de insultar y somos la luz de bombillas con la necesidad del cable negativo y positivo, sin olvidar el neutro”.
Vivimos una época tecnológica donde millones de noticias bombardean el planeta cada segundo y no es fácil alejarte para conectar con la naturaleza, tierra, mar y aire. Estuve en Marruecos cinco días desconectado y aprendí mucho porque tenemos que acercarnos de verdad al mundo real, para saber, profundizar, sorprenderte y reconocer que somos unos ignorantes sin ánimos de insultar. Pensaba que Marruecos era un lugar peligroso y estoy seguro que millones de personas piensan de esta manera negativa. Sin embargo es al contrario, porque la seguridad en Marrakech es máxima, un lugar donde ahora comprendo porque mi padre estuvo cinco años sin moverse de este lugar. Más turismo que en Canarias, más educación, más respeto, más profesionales en el trato a los visitantes y siento desde el corazón y mucho el haber pensado mal sobre este país. Pido perdón a los lectores de Marruecos, porque el saber “si” ocupa un lugar muy importante en nuestras vidas.
Estimado lector, conocer para poder hablar, es lo más importante. Cuatro días incomunicado del exterior, visitando los ríos, las playas, la gastronomía y el quinto día cuando comunico con las noticias de Canarias, leo el tema polémico de la Drag Queen ganadora con su espectáculo utilizando las imágenes de Jesucristo y la Virgen, que tienen más de 2.500 años de fama que son bastantes. Cogí un berrinche de esos tontos o por sentimientos, no lo tengo muy claro, pero tenía que haberse vestido de Mahoma, para comprobar que la libertad de expresión tiene sus límites, sus normas, permisos, porque gracias a Dios, tengo fe y esperanza en el más allá.
Termino mi rollo patatero, dedicado a los lectores burros negativos, porque los lectores positivos y respetuosos, aunque jamás nos conozcamos en vida, les daré gracias con todo mi corazón por compartir estos pequeños momentos leyendo, que en realidad son grandes momentos.
Un abrazo virtual y espero que la carta te haya gustado “un poquito” y a los negativos, espero que les haya hecho mosquearse mucho. Nos vemos!!!