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Varias urbanizaciones de Costa del Silencio llevan cuatro días sin agua

Sí se puede demanda la intervención del Ayuntamiento de Arona ante la suspensión del suministro privado de agua potable en varias urbanizaciones.

La organización ecosocialista considera que el desgobierno de años es el motivo de un deterioro que afecta a cerca de 7000 personas.

Sí se puede demanda la intervención del Ayuntamiento de Arona ante la suspensión del suministro privado de agua potable en varias urbanizaciones del municipio. La situación afecta a alrededor de 7000 personas, que llevan ya cuatro días sin agua potable en Arona. Se trata de centenares de familias residentes en las urbanizaciones Drago, Geminis, Eureka, Alborada y otras, es decir, todos los complejos residenciales privados con los que el Ayuntamiento de Arona no ha procedido a la recepción de la obra.

La de este viernes, 30 de junio, es la cuarta mañana en la que el vecindario de estas urbanizaciones no cuenta con suministro de agua en sus viviendas. Hasta ahora, el suministro corría por cuenta de una empresa privada, Volcán del Teide SA, que se ha desvanecido ante los requerimientos de las personas usuarias, no responde al teléfono y no ofrece explicaciones.

Ante el limbo legal en el que se encuentran las personas afectadas y la importancia del servicio de agua potable, Sí se puede considera que “el Ayuntamiento de Arona tiene que buscar una solución de urgencia a esta situación y hacerse cargo del servicio”, señala la coportavoz de la asamblea local de Sí se puede en Arona, Rosa María Castellano Negrín.

A juicio de la organización ecosocialista, el Ayuntamiento de Arona debía de haberse hecho cargo de la recepción de las obras de la urbanización hace años; no lo hizo “debido a la larga época de desgobierno sufrida por el municipio y ahora los propietarios de estas viviendas se encuentran en una situación poco menos que peculiar”, asegura Castellano.

Por un lado, las personas propietarias de viviendas en la urbanización pagan al Ayuntamiento un IBI muy alto, correspondiente a la tarifa propia del suelo turístico, y la tasa de recogida de basura, pero no disponen de ninguno de los servicios que presta el Ayuntamiento a la ciudadanía del municipio, dado su carácter de urbanización privada, que ante la corporación la sitúa en una condición prácticamente de inexistencia.

La empresa responsable de la explotación del espacio presentó hace tiempo un concurso de acreedores, una situación que ha permitido el deterioro progresivo de una urbanización sin mantenimiento, donde sobrecoge el abandono de un panorama dominado por jardines descuidados, aceras rotas, palmeras quemadas, que dan un espectáculo lamentable.

“Consideramos que se debe proceder a un diagnóstico de la situación, en el que participen todos los actores implicados: el vecindario, la empresa explotadora del espacio, las empresas suministradoras de los servicios, la administración local, y las comunidades y asociaciones vecinales, para, buscar y diseñar colectivamente un plan de actuación que frene el desamparo y hacer de esta zona un sitio digno para habitantes y turistas”, manifiesta la coportavoz. “Urge que las administraciones intervengan, porque Ten-Bel ha pasado de ser la joya, cuna del turismo en Arona en los años 70-80, a ser la vergüenza de la isla”, concluye.

 

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