Noticias Tenerife Ojos que no ven… Inyección que no se siente

Ojos que no ven… Inyección que no se siente

La edad y la diabetes son los principales factores de riesgo asociados a la discapacidad visual. Las nuevas terapias, como las inyecciones intravítreas que ya vienen cargadas con la medicación, el Hospital de Candelaria, es el primer centro hospitalario en apostar por este tipo concreto de tratamiento.

Presumimos de tener ‘vista de lince’ u ‘ojo de buen cubero’ para dar en el clavo de cuestiones varias y cuando la preocupación y la desconfianza gira en torno a alguna situación, estamos ‘ojo avizor’ ante aquello que nos rodea. La tradición popular asegura que ‘los ojos son el espejo del alma’  y que, ‘ojos que no ven, corazón que no siente’…

Las expresiones y dichos relacionadas con la capacidad de visión y de observación en nuestro idioma son numerosos y tan ricos que no hacen sino reflejar la importancia que se le otorga a este sentido frente a otros en el día a día.

Sin duda, la vista es uno de lo sentidos más apreciados y cuando falla, la sensación de desprotección, fragilidad y desorientación es capaz de abrumar preocupando de inmediato.

Y no es para menos… La Organización Mundial de la Salud estima que en todo el mundo hay entre 40 y 45 millones de personas ciegas, 135 millones con baja visión y se espera que el número de personas con ceguera evitable vaya en aumento.

En los países en vías de desarrollo esta situación es muy preocupante y en los países de ingresos medios-altos y altos, las enfermedades de la retina son la principal causa de discapacidad.

“Por eso, en la medida en la que podemos, es importante realizar exámenos oculares periódicos que permitan un diagnóstico precoz de las patologías oculares para dar así un tratamiento oportuno”, detalla el Dr. Rodrigo Abreu, oftalmólogo del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria, en Tenerife.

A veces, desde el primer momento en que se nace, los ojos, esas grandes ventanas que nos abren al mundo, pueden presentar ‘pequeños fallos de fábrica’ que, detectados a tiempo, se pueden tratar desde muy pequeños.

El uso de gafas es un buen ejemplo de ello. En otras ocasiones son los accidentes casuales, el estilo de vida y la edad, los factores que influyen en nuestra capacidad visual, siendo capaces de mermar nuestra calidad de vida y es, por tanto,  cuando la visita al especialista es más que necesaria.

En los últimos años se ha avanzado en el el conocimiento de las diferentes patologías oculares  y las opciones existentes para tratarlas al desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas, fármacos de última generación y aplicación de nuevas tecnologías que facilitan un diagnóstico más certero de las enfermedades y un mejor pronóstico.

En el caso del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria, la cartera de servicio de Oftalmología cuenta con consultas externas, pruebas funcionales y una amplia cobertura quirúrgica que pasa, entre otras muchas actuaciones, por cirugía para corregir la reducción de la visión, erradicar tumores oculares, corregir deficiencias del párpado o la víca lacrimal o trasplantar córneas, por poner algunos ejemplos.

Caracterizado por estar siempre en la búsqueda de tratamientos científicamente eficientes y eficaces, y además por fomentar la formación continuada, los profesionales del servicio de Oftalmología de este centro hospitalario apuestan por la actualización constante de conocimientos e innovaciones que puedan ofrecer a sus pacientes.

“Uno de los avances más importantes que se han realizado en los últimos años en el campo de la oftalmología es el desarrollo de nuevos procedimientos terapéuticos y farmacológicos para abordar diversos problemas oculares, como por ejemplo la degeneración macular y las patologías de la retina – muy frecuentes en Canarias por su vinculación con la diabetes-, son las inyecciones intravítreas”, exlica el Dr. Rodrigo Abreu, oftalmólogo del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria.

El nombre de la técnica ya da pistas del tratamiento: aplicar directamente en el ojo dañado un fármaco mediante una inyección, que dependiendo de la persona, puede ser un tratamiento continuado en el tiempo con más inyecciones de este tipo.

“Asusta pero no duele”, afirma Abreu. “Es un tratamiento ambulatorio para el que previamente se anestesia la zona a tratar, de forma que no se siente dolor salvo una mínima presión.

Tanto para el paciente como para el profesional, este tipo de tratamientos con fármacos anti-vegf en inyecciones que ya vienen cargadas con la medicación, son todo un avance porque además de ofrecer mayores garantías de seguridad para el paciente al manipularse menos, mejoran la eficacia y también inciden positivamente en los procesos organizativos sanitarios”. Más de 300 pacientes del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria ya se han beneficiado.

En Canarias, la edad y la diabetes son los principales factores de riesgo asociados a la discapacidad visual.

La Unidad de Retina del servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria, consciente por mejorar la asistencia sanitaria a los pacientes, no solo realiza formación continuada entre sus especialistas sino que apuesta por afianzar innovaciones terapéuticas, como es el caso de las inyecciones intravítreas.

De hecho, más de 300 pacientes del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria, en Tenerife, adscrito a la consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, ya se han beneficiado desde agosto de esta nueva terapia farmacológica intravítrea para tratar la patología macular vascular de la retina, cuyas lesiones se asocian principalmente al edema macular diabético en nuestro entorno.

Se trata de una enfermedad que se convierte en el factor más importante de pérdida o discapacidad visual en personas diabéticas, bien por el avance de la enfermedad con la edad o por un mal control de la glucosa una vez diagnosticada.

La Candelaria es el primer hospital de Canarias en utilizar inyecciones de anti-vegf precargadas.“El 50% de las inyecciones intravítreas ofrecidas en nuestro centro se han destinado para edema macular diabético; el 30% para la degeneración macular (DMAE) y el 15% para tratar oclusiones venosas de la retina”, detalla el Dr. Rodrigo Abreu, oftalmólogo del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria, en Tenerife.

Este tipo de tratamientos no solo buscan ofrecer un mayor porcentaje de éxito en el tratamiento de las lesiones oculares vinculadas con la mácula y la retina, sino que también suponen un paso de calidad en aras de mejorar los procedimientos de la seguridad al paciente, pues al tratarse de una inyección que viene con la medicación precargada de fábrica, se evita la manipulación del mismo, se garantiza la dosis correcta y se administra el mismo sin pérdida de calidad.

Según Abreu, “como se trata de un procedimiento ambulatorio, la aplicación de este tratamiento es rápido, indoloro y permite al paciente regresar a su domicilio sin mayor problema, siguiendo, no obstante, las recomendaciones médicas para el cuidado posterior del ojo tratado”.

Comunicación y adherencia al tratamiento

Como todo en la vida, la comunicación, la buena comunicación, es un factor importantísimo para que la eficacia de los tratamientos sea aún mayor.

Explicar al paciente la gravedad de la patología que presenta con términos sencillos y detallando qué tipo de tratamiento es el más adecuado acorde a sus  condicionantes médicos, laborales y también sociales, “hace que la persona sea consciente de la importancia de ser un agente activo en la mejora de su salud y por tanto, de cuidarse”, cuenta Abreu.

En el caso de las enfermedades oculares, muchas de estas enfermedades se cronifican y los pacientes deben convivir con ellas, siguiendo tratamientos que no pasan únicamente por la cirugía, la farmacología o procedimientos menos invasivos como las inyecciones intravítreas, como es llevar un estilo de vida lo más saludable posible.  “Queremos ayudar a los pacientes a que se recuperen y a que la pérdida de visión no vaya a más y le incapacite”, y en este punto, recalca el Dr. Rodrigo Abreu, es importante dar tiempo y atención en todo el proceso”.

Por eso, ante este tipo de situaciones, es importante ‘no hacer la vista gorda’ y acudir al especialista.

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