Noticias Tenerife “Vivian Maier la fotógrafa genial que no supo que lo era”

“Vivian Maier la fotógrafa genial que no supo que lo era”

Por Jesús Millán Muñoz.

Vivian Maier, Nueva York, 1936, Chicago, + 2009. Maier la denominada “fotógrafa niñera”. Fue una fotógrafa ignorada y olvidada en su tiempo, y que por azar fue descubierta por John Maloof, mientras buscaba fotografías de Chicago para un trabajo de arquitectura sobre Chicago.

Vivian Maier pasó gran parte de su existencia de niñera, y en sus ratos libres hacía fotografía. Hasta ahora Maloof ha encontrado unos cien mil negativos, de los que ha revelado una parte. Parece ser que dicho material no le interesó para su trabajo original, y empezó a vender fotografías por Internet, hasta que fue descubierta por el gran crítico sobre fotografía Allan Sekula que le indicó que era un material de una enorme calidad fotográfica.

– Resumiendo, según los pareceres actuales, Maier es una de las grandes fotógrafas del siglo veinte, que se pasó toda su vida, desconocida incluso para sí misma, desconociendo ella misma el valor del trabajo que estaba realizando.

Cuando surge un caso como éste, que los miles de carretes iban a ser tirados prácticamente a la basura, me pregunto siempre lo mismo, cuántas veces habrá sucedido un caso similar, con otros autores, pero que nadie llegó a tiempo de recuperar. Y la segunda pregunta, qué se podría realizar, en cada actividad humana, para que esto no sucediese.

– Maloof empezó una búsqueda de la autora, y de todos los archivos posibles y todos los carretes, en una paradoja de la existencia y, diríamos una desgracia, que cuándo Maloof buscó a la autora, había fallecido dos días antes.

Ciertamente, quizás solo se pueda producir este descubrimiento en una mentalidad americana, como la de Maloof, que diríamos por un lado sabe encontrar una nueva idea, un nuevo filón, en este caso la fotografía de esta autora desconocida, y la combina con el comercio, en este caso unir arte fotográfico y posibilidad de mercado. Y gracias a ello, gracias a esa mentalidad esta autora no se ha perdido del todo, o al menos no todo el material se ha destruido.

– Quizás este caso, podría ser un ejemplo más, que alguien puede estar realizando un trabajo modesto, incluso sin demasiado brillo social, y al mismo tiempo estar realizando una obra cultural, conocida o desconocida de un alto nivel intelectual, en este caso fotográfica.

Porque recordemos que ahora se la considera como una de las grandes fotógrafas del siglo veinte, a nivel occidental y mundial.

Quizás esta fotógrafa, pero no solo aplicado al tema de la fotografía, nos debería ayudar a cambiar de mentalidad, quizás existan perdidos, o semiperdidos por el mundo, miles, docenas de miles, o quién sabe cientos de miles de autores-creadores-productores a y en todos los campos de la realidad y de la realidad cultural, que sus obras están condenadas al silencio y a la desaparición, porque al final, nadie las valora, ni siquiera ellos mismos, porque o no las muestran suficiente, o porque nadie las aprecia, y al final, estas mismas personas consideran que su trabajo realizado durante diez años o cincuenta, no tiene ningún valor.

Es una paradoja de la existencia humana, que ahora que tanto se valora el reciclaje de materiales de basura, no se busquen sistemas, ya están inventados Archivos o Centros Documentales, dónde cualquier autor, en cualquier especialidad, pudiese enviar curriculum y obra, al menos obra en forma documental, para la conservación para el futuro. Hoy que tanto se recicla, se olvida, que quizás cientos de miles de obras, docenas de miles de autores y autoras en todos los campos, están condenados a la desaparición, después de haber dedicado, aunque sea de forma secundaria, diez o cuarenta años a la producción cultural o creativa o investigativa en un campo.

– El tiempo me ha llevado a la convicción de que el arte o la técnica o el estilo que se utilice, es cuestión secundaria, sino que en cuanto al arte o artes o estética o estéticas o muchos saberes, lo que importa es esa esencia que se muestra, sea con un poema o una fotografía o una pintura o un relato o un fragmento filosófico o un algoritmo matemático.

Maier entre otras cosas, nos enseña, cosa que en general realiza la fotografía y otras artes, que las personas que son tomadas como normales o comunes, que realizan en sus existencias, una vida sin aspavientos, sin brillo, con los dolores y las alegrías, pequeñas o grandes, también tienen una vida, quizás, quizás millones de seres humanos no pasen a la historia, ni a los libros de historia en ninguna especialidad, pero millones, cientos de millones de esos seres humanos, también realizan y están ocupando un lugar y tiempo, durante un espacio y tiempo. Y también tienen esperanzas, alegrías, penas, angustias, felicidades. Pueden que ocupen lugares pequeños en la calificación de los estratos sociales, que nunca digan nada en los periódicos de ellos o de ellas. Pero son personas. Hoy, que se está abriendo el horizonte de la Inteligencia Artificial, bueno sería recordarlo.

Creo que esto es aplicable a Maier, pero también a todas las personas que fotografió, incluso muchas de la alta sociedad, que en su tiempo podrían ocupar un lugar en la sociedad de Chicago, pero que hoy estarán semiolvidadas.

Quizás la vida y la producción cultural de Maier, debería llevarnos a hacernos muchas preguntas, sobre el ser humano y sobre la creación cultural humana, su creación y destrucción.

 

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