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“Trabajos rutinarios”

Por Jesús Millán Muñoz.

¿Podría existir la humanidad y la civilización, sin los cientos de miles del mismo o similar acto trabajo, que cada persona realiza? ¿El cocinero en cincuenta años de labor, no realizará, quizás un millón de comidas, la oficinista, quizás cientos de miles de cartas, el vendedor de pollos un millón de cortes con la piqueta…?

El mundo no podría funcionar, sin esos cientos o miles de millones de personas, que durante diez, treinta o sesenta años realizan un tipo de actos trabajos o funciones, quizás dos o tres o cinco o diez. Una vez y otra. Puede que cambien las comidas a realizar, las cartas a enviar, o las pesadas o cortes a realizar, pero una y otra vez hacen lo mismo.

Sin ese trabajo rutinario y diario, de miles de millones de personas, el mundo no habría llegado hasta aquí, hoy mismo, el mundo no funcionaría.

En los medios de comunicación se valoran enormemente las grandes marcas, los grandes hitos, los grandes prohombres y promujeres, los grandes científicos, técnicos, empresarios, artistas, etc. Pero pocas veces, se valora, que todos esos grandes descubrimientos o directores del mundo, en mayor o menor medida, no podrían haber hecho su trabajo, si cientos o miles de millones de seres humanos, cada uno en su territorio geográfico o cultural o político, no hubiese hecho un millón de tortillas en toda su vida, o hubiese barrido la casa cientos de miles de veces, o hubiese vestido a su hijo durante miles de ocasiones hasta que haya sido mayor…

Hoy, quisiera hacer un homenaje, a la inmensa población, a la inmensa mayoría de las personas, a todas, porque trabajen para cobrar un salario o lo hagan en casa, dirijan una empresa o realicen cualquier labor, todas, todas posiblemente, hayan realizado cientos de miles de actos, parecidos o similares, para que el mundo continúe funcionando.

Pienso y estimo que se valora muy poco dicho trabajo, dichos trabajos, dichas realidades, dichos entes, y dichas personas. Y al final, si nadie valora tu trabajo, solo a lo sumo, te paga por ese trabajo, que suponemos es legal y moral, y a lo sumo, algunos te dan las gracias, al final, te vas convenciendo que tu trabajo no tiene importancia, no tiene suficiente lustre, no tiene suficiente importancia para la sociedad… y demasiadas veces, tú te vas convenciendo que tú, tú mismo, no tienes importancia para los demás, ni para ti mismo. Una de las tragedias más profundas de y para el mismo ser humano y para la humanidad.

Y este es el gran error humano, en esta y en casi todas las civilizaciones. Sin el trabajo de los siervos, de los proletarios, de los esclavos, de los empleados, según las etapas históricas sucesivas según Hegel-Marx, sin ese trabajo enorme, pequeño pero enorme en cantidad, en días, en cientos de siglos, la humanidad habría desaparecido…

En pocas ciudades y en pocas plazas del mundo, existen placas o esculturas o monumentos, aunque sean pequeños, agradeciendo a las personas, sus pequeños trabajos, sean del campo o de la industria o de los servicios. Esos trabajos, sean de directores de empresas o sean empleados de tal o cual cosa. Esos son los que cada día y cada siglo mantienen la red de la vida funcionando, la red de la vida humana expandiéndose y existiendo.

Por consecuencia, todos deberíamos valorar, el trabajo que realizamos, sea de un tipo o sea de otro, sea remunerado o no lo sea, sea de una especie o de otras. Todos deberíamos valorar nuestra contribución al bien propio y al bien de la sociedad. Cada uno con el propio y sentirse orgulloso de dicha realización, siempre que sea según la ley y la moralidad adecuada.

En segundo lugar, los demás, deberían valorar el trabajo de los demás. Y cada uno, mostrar y dar ese valor al trabajo de los otros. Las instituciones y otras entidades, también, cada una según sus medidas y sus funciones.

No olvidemos que muchos seres humanos, cada año en el mundo, mueren o sufren heridas graves, directa o indirectamente, de la realización de su trabajo, transportistas realizando su labor, enfermeras intentando curar a otras personas, cortadores de carnes, al realizar su función, etc.

Es obvio que entre otros motivos, hay que intentar reducir al menos, que desaparezcan todos esos accidentes laborales.

Pero en todo este desarrollo se abre una gran pregunta, que dejaremos para otro artículo en el futuro, próximo o lejano. Si la IA o la Inteligencia artificial o los programas informáticos, cada vez irán ocupando más trabajos y más labores de los seres humanos. La pregunta es simple y difícil de contestar, en qué se ocuparán los siete mil millones de seres humanos actuales, los nueve mil que se prevén para el año 2050.

Por tanto, empecemos a realizar planes, para intentar encontrar y buscar nuevos trabajos, que sean legales y morales, para esos miles de millones de seres humanos…

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