Noticias Tenerife El término “Facha”. Dedicado a los ignorantes, sin ánimos de insultar

El término “Facha”. Dedicado a los ignorantes, sin ánimos de insultar

Por Juan Santana.

Esta carta especialmente dirigida a los más ignorantes, que comentan insultando a los lectores o escritores y todas las personas que comentan, son escritores o lectores por lógica. Todos tenemos la suerte de poder escribir o comentar, demostrando de esta forma, que somos escritores o lectores, pero los más zoquetes comentan que hago publicidad de algunos partidos políticos en este periódico dónde colaboro, pero los comprendo, su grado de ignorancia no va más allá del cero. En la ante penúltima carta, dónde escribo que Vox, está sorprendiendo o algo así, porque no pienso repasarla, hubieron comentarios alegando que hacía publicidad al partido o que era un facha. ¿Es verdad la frase famosa de que no hables con idiotas porque son profesionales?.

Creo que no han leído bien la parte dónde digo, “No obstante estimado lector, dejo muy claro, que todavía no tengo claro por quién votaré en las Generales ni en las Municipales, pero tengo los huevos de confesar una semana antes de dichas elecciones, porque así siempre lo hice”. Quién sabe si en las Elecciones Generales no votaré y respetaré al partido que gane, o votaré por Podemos, PP, PSOE, Cs o por quién me salga de los cataplines. Cuando alguien de cualquier partido y en este caso especial, me dijo facha uno de Podemos, está demostrando ser ignorante, un verdadero facha, mezquino, zoquete y pensaba que había cambiado un poco a la hora de comentar, pero quién nace idiota, muere idiota. Que conste que no nombro a nadie, pero seguramente muchos sentirán historias parecidas y espero que sí estan leyendo los identificados, sientan felicidad, porque los estoy nombrando.

Según el periodista Santiago Ríos y escribe con todos los respetos, dice que  últimamente se vienen utilizando en demasía, por parte de algunos sectores asociacionistas, las palabras facha, fascista, fascismo y franquismo, aplicándose a personas y movimientos, sin ton ni son, desvirtuando el verdadero significado de las mismas, confundiendo al ciudadano de a pié, aderezadas en un tono de ofensa continuada, sin conocer el sujeto emisor la realidad y significado de lo que está diciendo. El único efecto que produce, la mayoría de las veces, es una descarga de adrenalina que según las necesidades del predicador, puede repetirse en varias ocasiones durante el día, contaminando con partidarias explicaciones, la verdadera y cercana historia de nuestro país. Aquí lo dejo estimado lector. Seguimos caminando.

 

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