Por Juan Santana.
Aquella tarde estaba almorzando en un restaurante del sur de Tenerife y observo que traen un postre de galletas a la mesa más cercana. Tenía un déjame probar a más de dos metros y pedí uno a Jessica Méndez y en este momento comienza una historia de Amor de Padre, porque tengo un contrato de Jurado inesperado. Jessica presume de ser la mejor repostera, presume de ser una auténtica profesional en hacer los mejores postres del mundo y sin duda alguna, sus postres son sabrosos, pero siempre aparecerá alguien superando nuestro Arte Puro y Duro en cualquier asunto. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Una vez pruebo el postre de galletas de Agapito memorizando en mi cerebro su sabor y gusto al paladar, pasaron unas semanas y Jessica, participa con su postre de galletas, porque tengo que puntuar con mucha responsabilidad quién será el ganador del Masterchef-postre casero y aquí comienza el verdadero sufrimiento por parte del jurado. Mientras saboreo el postre de galletas, Jessica está frente a mi haciéndome la pelota comentando que el día anterior una persona llevó tres para su casa y mirándome a los ojos, deseando que soltara algún adjetivo en cuánto a su postre, pero….. siento mucho mi claridad en este asunto, porque tenía muy claro quién sería el ganador, “¡Agapito!”, su padre. Agapito estaba de espalda cortando y preparando un bocadillo y sentía que él deseaba perder el concurso, porque Agapito Ama a sus hijas lógicamente, pero la Verdad es Revolución y Punto Pelota.
El postre de Jessica estaba para morirse de bueno, pero tenía demasiadas galletas o poca crema y tenía muy claro que Agapito hizo un postre con los mismos productos, pero muy cremoso, muy gustoso al paladar y para gusto se hicieron los colores, los postres, los coches, los periódicos, los trajes, los zapatos y cualquier cosa. La cuestión, es que sufrí quedándome con toda la movida de Agapito porque los dos sabíamos que ella deseaba ganar el concurso, pero la vida es así. Una tal Vanessa, se fue mosqueada del lugar gritando en voz alta que ganó Agapito, porque los dos somos mayorcitos y los mayores nos apoyamos, ¡Que desfachatez!, ¡Que falta de respeto!, algunas personas no saben perder. Quiero dejar claro, que los dos postres estaban maravillosos, pero…….el más cremoso, el más sabroso. Y las tortillas que nos hacen en este lugar, ni te cuento……
