Por Juan Santana.
A partir de Septiembre de este año 2.018, según los operarios que están construyendo el Nuevo Crematorio, el sur de Tenerife, dispondrá de este lugar dónde vamos a poder despedir a nuestros difuntos y está situado frente al mismo Taller de los Taxistas o cerca del Taller de Arinte. Algunos vecinos de la zona, les hubiera gustado que dicho lugar fuera en dónde no existiera el ruido, porque tener cerca dos talleres, aunque siendo positivos, podría ser bueno, para que los familiares de los difuntos, estén un poco entretenidos, con dichos ruidos y movimientos por la zona. Este tipo de obras, son las que nadie desea inaugurar lógicamente. Estimado lector, gracias por regalarme un poco de tiempo leyendo, porque el tiempo, es el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Cremación o Incineración significa deshacer un cuerpo humano muerto, quemándolo y en estos tiempos, esto se hace en los Crematorios, que también son Tanatorios, dónde velamos a nuestros difuntos, que junto con el entierro, la cremación es una alternativa cada vez más popular para la disposición final de un cadáver. Igualmente esta práctica es utilizada en animales para las personas que deseen conservar las cenizas de sus mascotas. Dicen que las primeras cremaciones conocidas fueron realizadas en la zona del litoral mediterráneo en el Neolítico, pero declinó durante el establecimiento de la cultura semita en esa área cerca del tercer milenio a. C. La cremación fue ampliamente observada como una práctica bárbara en el Antiguo Oriente Próximo, incluso en tiempos de plagas los cadáveres se apilaban y enterraban en fosas comunes.
Los babilonios, de acuerdo a Heródoto, embalsamaban a sus muertos y los persas zoroástricos castigaban con la pena capital a todo aquel que intentaba la cremación, con una especial regulación para la purificación del fuego profano. En Europa, las primeras huellas de cremaciones datan de los principios de la Edad del Bronce (2000 años a. C.) en la llanura panónica y a lo largo del Danubio medio. La costumbre llegó a ser dominante a través de la Edad del Bronce con la cultura de los campos de urnas (1300 a. C.). En la Edad del Hierro, la inhumación vino a ser nuevamente más común, pero la cremación persistió en la cultura de Villanova y en otros lugares.
La religión hinduista es notable por no sólo permitirla sino prescribirla. La cremación en la India es atestiguada ya en la cultura del Cementerio (1900 a. C.), considerada como la etapa formativa de la civilización védica. El Rig-veda (en el mándala 10.15.14) contiene referencias sobre el antyeṣṭi (sacrificios fúnebres), donde se invoca a los antepasados «cremados (agní-dagdhá) y no cremados (anagní-dagdhá)». La cremación fue común, pero no universal, tanto en la Grecia como en Roma. En Roma, la inhumación fue considerada el rito más arcaico (según Marco Tulio Cicerón, De Leg., 2, 22), y la gens Cornelia, una de las más antiguas en Roma con la sola excepción de Sila, que nunca permitieron la quema de sus muertos.
El cristianismo reprobó la cremación influido por los principios del judaísmo, y en un intento de abolir los rituales paganos grecorromanos. Hacia el siglo V d. C., la práctica de la cremación había desaparecido de Europa. Y despido con una pregunta, ¿Alguien ha visto el entierro de un chino?.
