Noticias Tenerife Juan Santana | Abrazo a los trabajadores buenos

Juan Santana | Abrazo a los trabajadores buenos

Mientras el camarero limpia las mesas a las nueve de la mañana, una señora de setenta años y pico muy relajada llega y se saludan cómo si fueran familiares o los mejores amigos del mundo. Ella descarga sus penas con el camarero, mientras prepara su café con leche de todos los días por lo visto, porque no la escuché pedírselo.

Mientras contaba sus penas con sus asuntos personales y familiares, por sentirse abandonada, además de sus pequeños dolores de cadera, el camarero está animando con dulces palabras a la señora. Yo miro mi teléfono móvil disimulando, está tan cerca que es imposible no escuchar y ver esta página tan bella de la vida. El camarero parece que es su psicólogo personal porque dispara palabras positivas a ráfaga y pedí otro café  y sigo disimulando con que estaba mirando mis mensajes del teléfono. Después de casi una hora, la mujer se despide diciendo que se va al supermercado a comprar verduras para un potaje y que volverá por la tarde.

El camarero me confiesa que todos los días de lunes a sábado, viene por la mañana y tarde, para su café con leche y descarga su soledad personal. Lo más curioso, es que la señora todavía defendía a sus dos hijos que solamente vienen a verla los domingos, pero uno viene una semana y otro la siguiente y están comiéndole el coco para que vaya a un Centro de Mayores interno, pero no le da la gana y punto pelota. Siento que el camarero es más su hijo.

Muchas personas vamos a bares o restaurantes, dónde nos sentimos relajados porque los cocineros y los camareros, son personas excelentes por encima de sus trabajos, especialmente aquellos que trabajan con Amor en mayúsculas.

Un abrazote a todos los humanos del planeta en general que trabajan para el público con tanto Amor, porque ayudan a que éste mundo sea más llevadero y vivimos tiempos de tener paciencia porque no queda otra y “Paciencia es la palabra mágica”.

Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.

Por: Juan Santana.

 

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