Noticias Tenerife “Frases III de Juan de Portoplano”

“Frases III de Juan de Portoplano”

Por Jesús Millán Muñoz.

Plantear en pequeños fragmentos preguntas y cuestiones abiertas a la solución que cada individuo quiera otorgarles…

– No pienses si tal idea o concepto gustará a tal o cual grupo ideológico, o a tal o cual medio de comunicación, solo intenta buscar la realidad, expresada en forma del mayor grado de verdad y veracidad y bondad, que seas capaz. No busques la confrontación con nadie, pero también ten claro, que unos tendrán una ideología y unos intereses, y otros tendrán otro y otros.

– Hay días, que recuero a Pessoa, o a Kafka, o a Dickinson, o a Borges o a…

– Hoy, casi nadie lee biografías de santos y santas canonizados, y es un error de nuestra época, porque éstos nos permiten un entendimiento más profundo y esencial de la realidad. De lo que somos y de lo que podemos ser. Si usted no ha leído diversas biografías o memorias o hagiografías de algunos santos o santas católicos, no habrá bebido de un mar de conocimientos, de percepciones, de ideas, de conceptos. Usted se pasará la vida sin entender, que quizás en el mundo existen otras posibilidades de mundo…

– Usted, puede haber pasado dentro o fuera, mil o diez mil veces, por los muros o alrededores de una iglesia católica, y usted no se habrá planteando nunca, que según el catolicismo o la iglesia ortodoxa en el sagrario, en la Eucaristía, está el mismo Dios. Sea verdad o sea error, jamás ninguna religión ha planteado esta posibilidad o este concepto. Usted se imagina que sea verdad, que pudiese ser verdad, que el Infinito Dios esté en un trozo de pan consagrado. Piense usted lo que supondría esto. El mismo Dios.

– Hemos olvidado quizás los buenos y grandes placeres que son morales, y que a veces, no cuesta nada de dinero, son tan y más profundos que el resto de realidades. O dicho de otro modo, beber y saborear un vaso de agua en un día caluroso, asistir a la puesta del sol o al amanecer, mirar el movimiento de las olas, andar sosegado por una calle, intentar que el interior de uno mismo esté tranquilo, sin aspavientos y sin angustias, etc. Quizás, eso constituya la verdadera vida. Tener la convicción que has intentado hacer el bien, aunque sea en tu realidad circunstancial muy limitada y muy pequeña.

– A veces, me pregunto, si existe una especie de rencor colectivo, familiar o individual o social, que se va heredando de padres a hijos o a nietos. A veces, me pregunto, si hay personas que han recibido más de ese rencor de su ambiente o circunstancias o de sus progenitores, y otras menos. Y que esa característica o variable constituye una realidad en el ser humano. En unos más que en otros. Y que esto no se estudia y no se analiza, siendo tan importante. Porque a veces, te encuentras con personas, que te dices a ti mismo, de dónde nace ese rencor o ese odio o esa inquina o esa maledicencia que tiene a otra parte de la sociedad, o a ciertas ideologías o a ciertos grupos o a ciertas personas…

– ¡Cuándo te toca un mal o sufrimiento grande y grave, te preguntas, interior o exteriormente, por qué me ha tocado a mí, pero no nos damos cuenta, que a otros también ha llamado ese mal o parecido o peor a su puerta, pero entonces no nos dimos cuenta…!

– Debo decírtelo, tendrás o sufrirás cuatro o diez grandes cosas que serán buenas en la vida, cuatro o cinco o siete realidades que serán malas y trágicas en tu vida, otra siete o diez realidades que serán medio buenas o medio malas, y cientos o miles que serán rutinas o rutinarias. El grave problema es que no nos educan y no nos autoeducados, ni para unas, ni para otras. Vamos al fragor de la vida, sin unas herramientas suficientes, sin escudo y lanza y espada, para soportar lo bueno, lo menos bueno, lo malo.

– No cometas el error de empañar la alegría, la alegría del otro, por lo general cercano, porque en la vida y en la existencia, solo existen unas pocas cosas de verdad buenas, si le amargas esa realidad buena, siempre llevará esa herida en su corazón y en su alma y en su carne.

– No nos engañemos, siempre indicamos del mal y el sufrimiento que otros nos producen, casi siempre lejanos o medio lejanos, pero pocas veces, somos capaces de racionalizar y aceptar el mal y los sufrimientos y las alegrías que nos producen los cercanos. Menos aún las que nos producimos nosotros a nosotros mismos.

– La mayoría de seres humanos creen tener una ideología equis o zeta, secular o no secular, pero por lo general, en el fondo tienen, en la teoría y en la práctica, una combinación de ideologías, que mezclan de mil modos y mil maneras, según la situación teórica y vivencial y práctica que la vida les proporciona. Ciertamente, algunas personas, de su ideología obtienen o han obtenido grandes beneficios, a y en muchos sentidos. Perro esto, no gusta que se recuerde. Cansado está uno de soportar el síndrome de Torquemada en tantos individuos e individuas…

 

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